Nace un centro de escucha en Burgos que ayuda a las personas en situaciones de sufrimiento o crisis

Este servicio gratuito y abierto a toda la sociedad burgalesa lo forman personas relacionadas con el campo de la salud, la psicología, la educación, la asistencia social o familiar

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Después de un largo proceso que comenzó en 2018, el Centro Diocesano de Escucha San Camilo en Burgos es ya una realidad. Se trata de un espacio y servicio gratuito que tiene como objetivo ayudar a las personas que están pasando por una situación de sufrimiento o crisis (duelo, pérdidas, personas con un familiar enfermo, soledad, situación familiar o personal difícil…). Nace inspirado, y en colaboración, con el Centro de Humanización de la Salud San Camilo en Madrid, incorporándose a los más de 30 centros que existen en diversas ciudades de España.

La archidiócesis de Burgos ha explicado que en 2018 es cuando surgió la iniciativa desde la delegación de Familia, ante la necesidad que las personas demandan de acompañamiento y escucha. La soledad y la pérdida de sentido ante las experiencias personales, familiares, profesionales hizo generar y buscar respuestas actualizadas a estas nuevas realidades de sufrimiento. "Contactamos con el Centro de Escucha en Madrid, en el que encontramos la acogida y acompañamiento, así como la metodología actualizada y contrastada para dar respuesta concreta a estas demandas", relata el director del centro, Víctor Román.

"En 2019 ofrecimos cursos de formación intensivos para adquirir habilidades y destrezas básicas en la relación de ayuda, así como conferencias abiertas con la finalidad, por un lado, de dar a conocer a la ciudad de Burgos y su entorno posibilidades reales de respuesta y, por otro, ir creando un grupo de personas que creen que pueden aportar su conocimiento o su saber y su experiencia para acompañar y escuchar a personas en sufrimiento".

A través de la escucha se ayuda, no se trata de "dar consejos"

Cuenta la archidiócesis que Román destaca en este proceso el apoyo prestado por la Vicaría de Pastoral y el trabajo en colaboración con las diferentes delegaciones de Familia, Juventud, Salud, Migraciones, que han expresado y concretado su deseo de participar en este proyecto. El equipo lo forman en este momento 15 personas, el 95% laicas, todas voluntarias y a las que coloquialmente las llaman "escuchas". Predominan personas relacionadas con el campo de la salud, la psicología, la educación, la asistencia social o familiar.

La metodología sobre la que basan la escucha es la del counselling. "No se trata de “dar consejos”, sino un acompañamiento que permite clarificar posturas y decisiones vitales, que contribuye a encontrar equilibrio emocional, a discernir con criterio ante problemas éticos. A través del diálogo con el “escucha” y en un clima de respeto y comprensión, la persona en dificultad dispone del marco idóneo para el autoconocimiento y para la exploración de alternativas saludables para resolver sus problemas o para el crecimiento personal. Y todo desde un enfoque” integral” de la persona".

"Las personas que viven una experiencia de fractura, de sufrimiento, de duelo, experimentan una pérdida de sentido. En el fondo, el mayor sufrimiento que sienten viene de ahí. Las preguntas que nos hacemos ante situaciones de este tipo: por qué me está pasando esto, para qué, por qué justamente a mí, por qué en este momento, son preguntas de sentido que están tocando lo más profundo de lo que somos cada uno de nosotros. A través de la escucha creemos poder ayudar a que la persona recupere ese sentido de vivir, a que pueda ser de nuevo ella misma, él mismo".

La pandemia ha multiplicado el sufrimiento

Estas situaciones de sufrimiento ya se vivían antes, si bien la pandemia ha multiplicado y amplificado estas experiencias de dolor ante un nuevo contexto. "Cuando las respuestas que teníamos y que soportaban nuestro modo de ser y estar en la realidad han desaparecido, la persona se desfonda. Esta realidad está generando mucho sufrimiento y desequilibrios que afectan tanto a cada persona como el entorno en el que vive. A su vez, valores como el cuidado, la escucha, la gratitud, la solidaridad entre generaciones, la entrega y la generosidad de muchas personas emergen nuevas", apunta Román a la archidiócesis.

"Desde las llamadas claras y provocadoras del Papa Francisco a curar, cuidar y acompañar, queremos dotarnos como iglesia de una herramienta y de un recurso puesto al servicio de la comunidad cristiana y abierto a toda la sociedad burgalesa", concluye el director del centro.

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