María Gómez del Pozuelo, reflexiona sobre el papel de la mujer en el emprendimiento: "Es el camino más difícil de tu vida"
El liderazgo femenino es el quinto de los cinco episodios del proyecto 'Lo que ahora importa' de la Conferencia Episcopal Española en la que abordan cinco grandes cuestiones de nuestro tiempo
‘Lo que ahora importa’, el nuevo proyecto de la Conferencia Episcopal Española
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La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha lanzado Lo que ahora importa, un videopodcast compuesto por cinco episodios en los que se aborda el presente desde perspectivas como salud mental, familia, educación, demografía y liderazgo femenino. En el quinto capítulo, centrado en el liderazgo femenino, María Gómez del Pozuelo, emprendedora, empresaria, filántropa que reflexiona sobre el papel de la mujer en el emprendimiento, en una sociedad que, a veces olvida…
María Gómez advierte que emprender no es una tarea sencilla: requiere esfuerzo constante, adaptación y una mentalidad resiliente. Lejos de embellecer la realidad, presenta el emprendimiento como un camino exigente, donde cada paso implica decisiones críticas y sacrificios personales.
Mujer trabajando en casa con ordenador
El lado humano del emprendimiento
Según el mensaje, María Gómez hace alusión a la preparación de los emprendedores que deben estar preparados para enfrentar el miedo al fracaso, manejar incertidumbre y superar obstáculos internos como la autocrítica. No se trata solo de estrategias o financiación, sino de cultivar fortaleza emocional y valentía para perseverar.
Además, la filántropa destaca la importancia de la autenticidad. Para construir proyectos con impacto, recomienda integridad, coherencia entre valores y acciones, y sensibilidad ante las necesidades reales de la comunidad. El éxito no sería solo económico, sino también transformador.
Claves para avanzar con propósito
Primero, el mensaje enfatiza la necesidad de una visión sólida: "Saber hacia dónde vas y por qué". Tener clara la misión personal y empresarial permite mantener el foco incluso en los momentos adversos. Sin una brújula interior, las dificultades pueden desorientar con facilidad.
Segundo, recalca el valor de la comunidad: contar con redes de apoyo, mentores y aliados. Compartir experiencias, buscar consejo y aprender de otros emprendedores ayuda a sortear errores frecuentes y alimentar la motivación colectiva.
Entre sombras y aprendizajes
En este último capítulo se advierte que el emprendimiento no es una ruta de éxitos lineales, sino un trayecto zigzagueante. Cada fracaso es una escuela, cada crisis una oportunidad para reinventarse. El esfuerzo constante y la adaptabilidad son el verdadero motor del progreso.
A pesar de las adversidades, María Gómez ha lanzado un mensaje que no concluye en el desaliento. Todo lo contrario: destaca que quien supera estos retos refuerza su carácter y consolida proyectos con propósito. El emprendimiento, según este relato, es difícil, pero también profundamente transformador.