Luis Manuel Suárez: “Tenemos que afinar ciertas cosas para que el Señor pueda llegar a la vida de los jóvenes”

El responsable de la Pastoral Vocacional en CONFER reflexiona sobre la escucha y las vocaciones durante el encuentro de delegados diocesanos de Seminarios

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Desde este lunes los delegados de Pastoral vocacional están celebrando su reunión anual en Madrid. Siguiendo el lema de la Jornada de oración por las vocaciones, que se celebró el 8 de mayo, la Subcomisión Episcopal para los Seminarios propone el tema, “La propuesta vocacional: testigos que dejan huella”. durante estos días, se verá la “huella vocacional” en la familia, en la pastoral juvenil, en la parroquia y en la escuela.

El responsable de la Pastoral Vocacional en CONFER, Luis Manuel Suárez Díaz, ha realizado su ponencia “ La escuela, su papel en el despertar de las vocaciones”. En ella ha expresado que “dentro del ámbito de la escuela, en niños y adolescentes entran muchas edades y muchos cambios. En su camino de fe hay que favorecer su despertar vocacional. En todo contexto hay semillas de Dios”.

En referencia a la actualidad, Suárez ha indicado que “el tiempo que tenemos es el que nos toca vivir y hay que poner más empeño, intentando ver las gracias que tenemos. Hay mucho ruido alrededor pero tenemos que dejarlo a un lado para poder avanzar”. Además ha hecho referencia a que “no somos mejores ni peores cristianos que los de hace 60 años, tenemos otra circunstancia y antes había mas vocaciones, por eso tenemos que afinar ciertas cosas para que el señor pueda llegar a la vida de los jóvenes".

Sobre a quién debemos dirigirnos en la escuela, ha desgranado que existen “tres escenarios pastorales. Un primer grupo que son los que están haciendo el camino de la fe, como los bautizados, que siguen su camino de sacramentos. Un segundo grupo es los que estuvieron y dejaron la fe y la Iglesia. Un tercer y último grupo son las personas que nunca han estado vinculadas a la fe y a la Iglesia”.

Distintas estrategias pastorales

“Cada uno de estos grupos necesita una estrategia pastoral distinta. Los que ya están tenemos que ayudarlos a crecer. Con los que estuvieron tenemos que intentar favorecer esa conversión y ante los que nunca han estado tenemos que abrirle la puerta con el testimonio, para que con esto quieran pertenecer a nuestras realidades”.

Relaciones personales significativas

Para Suárez, la clave está en ofrecer relaciones personales significativas. “Esto está detrás de muchas vocaciones debido al acompañamiento personal. El acompañamiento es básico en el despertar y en el caminar de las vocaciones”. Otra de las claves radica en que los valores principales están en las familias. Hay familias muy afines a la Iglesia y otras que están totalmente desligadas. Lo que se viva en la familia tiene más garantías de perdurar. En cuanto a los profesores, hay profesores de todo tipo, creyentes y no creyentes. Si estuviéramos en una institución de la iglesia habría que pedirles que respetaran el ideario. A los que ya sean creyentes hay que ayudarlos a que sigan creciendo en su fe para poder transmitirla a los chicos con los que trabajen”.

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