Los párrocos del entorno de Vall d'Ebo y Bejís ofrecen su ayuda a los afectados por el incendio

Las lluvias han permitido extinguir prácticamente los incendios en ambos puntos de la Comunidad Valenciana. Más de una decena de poblaciones tuvieron que ser desalojadas

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Las lluvias de última hora de este miércoles han permitido que los incendios de Vall 'd'Ebo y Bejís, en la Comunidad Valenciana, hayan casi desaparecido. La acción del fuego ha calcinado más de 25.000 hectáreas y decenas de municipios afectados.

La Archidiócesis de Valencia, a la que pertenece Vall d'Ebo, ha informado que desde el primer momento los párrocos de las localidades cercanas mostraron su “total disponibilidad” para ayudar, así como las diferentes Cáritas de la zona.

Fue el caso de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en la localidad de Pego, donde desde que comenzó el incendio el pasado sábado se pusieron a disposición de todo el personal y autoridades implicadas en la extinción y desalojo y, por petición del Consistorio, abrieron una capilla “para acoger a personas evacuadas de pueblos cercanos, que finalmente no tuvo que utilizarse”, tal y como ha precisado el párroco de algunas poblaciones desalojadas en Vall de la Gallinera y Vall d’Ebo,, Ernesto Sanchís.

Sanchís ha agregado que también se ofrecieron alimentos y la casa parroquial “por si era necesario para alguna familia pero no lo fue; la ola de solidaridad ha sido enorme y todos los desalojados han sido acogidos gracias a la ayuda de muchas familias de Pego y de supermercados, farmacias, cocineros, médicos... Ha sido una respuesta preciosa y satisfactoria, y la parroquia también ha estado allí, a disposición de lo que hiciera falta”, ha detallado.

Además, el párroco de Pego ha visitado estos días en varias ocasiones a las familias desalojadas que se encuentran en el local habilitado por el Ayuntamiento para “mostrarles nuestro apoyo y que sepan que estamos a su lado”, subraya.

Numerosos párrocos de pueblos cercanos ofrecen su ayuda

En total fueron desalojados unos 2.000 vecinos, entre ellos los de los municipios de la Vall d'Alcalà y poblaciones anejas como Beniana, Alcalá de la Jovada y Beniaia; La Vall de Gallinera (Benialí, Benissivà, Benitaia, Benirrama y la Carrotja); Famorca; y urbanizaciones de Pego, Adsubia y Castell de Castells, localidades integradas en el arciprestazgo 35 “Preciosísima Sang”, en la Vicaría VIII.

A nivel arciprestal, “todos los sacerdotes se han volcado estos días y se han ofrecido para ayudar en todo lo que hiciera falta en las zonas afectadas y también por parte de Cáritas de la Vicaría VIII, a través de su coordinadora, se ofrecieron para poner a disposición del arciprestazgo lo necesario para los afectados”, asegura el arcipreste Francisco Manuel Murillo, que mantiene contacto telefónico con los presbíteros.

Igualmente, fueron desalojadas las localidades de Tollos, Fageca y Benimassot, en la comarca del Comtat, que pertenecen a la Vicaría VI Xàtiva-Alcoi-Ontinyent.

En la zona del Comtat el perímetro estaba controlado y estaban refrescando para evitar rebrotes y hoy se permitirá el regreso de los vecinos, tal y como ha informado el párroco de Tollos y Benimassot, Joaquín Gandía, que reside en Gorga.

“Queremos compartir un mensaje de esperanza porque parece que hoy está controlado el incendio y las familias podrán regresar a sus casas”, indica el párroco. Este fin de semana son las fiestas patronales en Benimassot “aunque no creo que los vecinos tengan muchas ganas y mañana veremos cómo está la situación y si podemos celebrar la procesión o se hace más adelante”, ha agregado.

Tranquilidad en Alcublas, a un paso del incendio de Bejís (Castellón)

Por su parte, el incendio de Bejís, en la provincia de Castellón, ya está estabilizado gracias a la acción de la lluvia, que redujo la llama en casi todo el perímetro hasta casi desaparecer aunque quedan zonas calientes, según el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana.

El párroco de Alcublas (uno de los pueblos afectados) Guillermo Moret, ha informado que “el fuego llegó ayer por la mañana al término municipal y ya por la noche se veían las llamas en una loma cercana pero la lluvia que cayó prácticamente lo apagó, para mayor tranquilidad de todos los vecinos que, dentro de lo que cabe, no lo vivieron con mucho temor ya que la población está rodeada y protegida por campos y nunca ha llegado el fuego a las casas”, comenta.

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