Los correos del Vaticano emiten una serie de sellos con firma malagueña recordando a San Ignacio de Loyola

El servicio de correos encargó el pasado año la elaboración de un sello conmemorativo con motivo del "V Centenario de la Conversión" al pintor malagueño Raúl Berzosa Fernández

Tiempo de lectura: 2’

El servicio de Correos Vaticano ha emitido una nueva serie de sellos en conmemoración al «V Centenario de la Conversión de San Ignacio de Loyola» cuya imagen ha sido elaborada por el pintor malagueño Raúl Berzosa Fernández.

El servicio de Correos Vaticano encargó el pasado año la elaboración de un sello conmemorativo de tal efeméride al pintor malagueño Raúl Berzosa Fernández (1979) que, con este, son ya siete los encargos filatélicos que ha recibido por parte de la Santa Sede. Los últimos fueron los sellos del 80 cumpleaños (2016) y de las bodas de oro sacerdotales (2019) del papa Francisco.

El sello ha sido emitido este marte, 25 de mayo, con un valor facial de 1,15 € y una tirada de 102.000 sellos. Tal y como explica el mismo autor para los medios de comunicación del Vaticano, el centro de este óleo sobre lienzo, con medidas 65x92cm, lo protagoniza el santísimo Nombre de Jesús, logotipo de los Jesuitas. A la izquierda encontramos a san Pedro con una mano en el centro del anagrama y con las llaves del reino de los cielos en el cíngulo. A la derecha aparece el fundador de la Compañía que, convaleciente, se dedica a la lectura. Ante su pierna entablillada se deja ver la armadura de aquel que deja las hazañas mundanas para dedicarse a la predicación del Evangelio.

El matasellos reproduce la citada aparición, tiene forma circular y cancelará todo el material postal que pase los días 25 y 26 de mayo por la oficina vaticana situada en la Plaza de San Pedro.


ctv-4uf-sello-vaticano


El Jubileo ignaciano

En este año 2021 se quiere celebrar el jubileo ignaciano que recuenta un evento que marcó la vida de san Ignacio. Tras el asedio de Pamplona fue llevado a su ciudad natal para curar la herida de una pierna; durante la convalecencia se encomendó a san Pedro para curarse lo antes posible y retomar su vida.

En vísperas del 29 de junio, solemnidad de san Pedro, su salud mejoró. Durante ese periodo pidió que le hicieran llegar algunas novelas caballerescas para pasar el tiempo. Por el contrario, en la casa solo tenían una «Vida de Cristo» y la «Leyenda Dorada», en la que se narra la vida de los Santos. Poco a poco queda fascinado por la figura de Cristo y por las historias que lee. Así comenzó la conversión del que, más tarde, fundaría la Compañía de Jesús.



Religión