Las campanas de las iglesias extremeñas sonarán este jueves para concienciar sobre el drama de la España vacía

Tres años después de la histórica manifestación de la 'España despoblada', la Iglesia trata de mantener viva la llama de aquella movilización para evitar que los municipios mueran

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Cuando se cumplen tres años desde la histórica manifestación en Madrid de la 'España vaciada' (31 de marzo de 2019), en la que se exigía a las administraciones públicas medidas que reactiven estos territorios, las iglesias de Extremadura tocarán sus campanas este jueves para tomar conciencia de la realidad que viven buena parte de los municipios de la comunidad.

De esta manera, la Iglesia extremeña se suma a la petición de la Plataforma Extremadura Vaciada, el Movimiento Rural Cristiano y los grupos de Pastoral Rural Misionera.

“En nuestros pueblos vivimos la realidad de una Extremadura Vaciada, ya que hemos perdido en los últimos años población, como nos recuerdan los letreros de casas en venta; hemos perdido servicios, como tiendas, bares o bancos; perdemos fuentes de trabajo, como cooperativas o las pocas fábricas que tenemos; e incluso perdemos día a día costumbres y actividades comunitarias”, se puede leer en el manifiesto de la Iglesia de Extremadura.

En el documento se recoge que en la comunidad el número de niños mengua, mientras crece la tasa de población anciana y dependiente. Asimismo alertan que la precariedad sanitaria y las malas comunicaciones están a la orden del día: “Estamos mal comunicados sin tren, sin las autovías precisas, con falta de transporte público. Y no recibimos las ayudas precisas para asentar población. Al contrario, nuestro campo sufre por la subida de los insumos agrarios”, lamentan.

Pese a las circunstancias adversas, la Iglesia ve motivos para la esperanza, ya que hay quienes regresan a estos municipios deshabitados: “Vemos también promociones de viviendas sociales. Y no faltan proyectos de recuperación del entorno y de espacios abandonados. Sí, en nuestros pueblos hay signos de renovación y de futuro. Por ejemplo, equipamientos como los centros para mayores, que suponen al mismo tiempo una importante fuente de trabajo. Hay infraestructuras, como las piscinas municipales. Y la brecha financiera se intenta solventar con algunos cajeros automáticos, puestos por las administraciones, aunque siguen siendo insuficientes. En nuestra región hay nuevos nichos laborales, como el turismo rural; y la ampliación o creación de empresas. Y, en algunos lugares, hay nuevos comercios y tiendas”, expresan.

Así las cosas, la Iglesia espera que el sonido de las campanas “despierte en nuestras comunidades el deseo de comprometernos en el esfuerzo por sacar adelante nuestra tierra, desde una pastoral rural renovada, misionera, evangelizadora. Que las campanas nos recuerden que no debemos dejar morir nuestros pueblos”, han manifestado.

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