José Luis, cura y paciente en el Hospital Nacional de Parapléjicos: "Los enfermos son los preferidos de Jesús"

El dolor del Viernes Santo es el reflejo de la estancia de los pacientes de este hospital en Toledo

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Dolor y esperanza son los dos cauces que nos llevan al Viernes Santo. A través del capellán del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo descubrimos cuál es el significado de la cruz que cargan los pacientes durante estos días.

El capellán del Hospital Nacional de Parapléjicos, Juan Luis Goméz, tiene claro que “aquí en el hospital vivimos continuamente un Viernes Santo porque los pacientes cada uno tiene su cruz e incluso también los familiares sufren. Allí nosotros intentamos, como hizo el Cirineo, a llevarles la cruz”.

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Es Viernes Santo también para los pacientes de este hospital. Por aquí pasan niños, adolescentes y mayores. Pero también figuras a las que estamos acostumbrados a ver el otro lado, los sacerdotes. José Luis Loriente, párroco de Villarejo de Salvanés, es uno de los pacientes de este hospital: “Lo primero tenemos que estar muy unidos a los enfermos que son los preferidos de Jesús. Cuando pasa un accidente, una guerra o antes que teníamos el terrorismo, yo siempre me preguntaba si también le afectaba a algún cura”. “Nosotros tenemos que hablar muchas veces del sufrimiento y acompañar a los enfermos”, dice el sacerdote.

El dolor del Viernes Santo es el reflejo de la estancia de los pacientes de este hospital. Para el capellán “esto es un proceso, y como todo proceso, tiene distintas etapas y distintos momentos. Y entonces hay momentos en el que el paciente expresa mayor dolor o quizás mayor rechazo o rebeldía hacia el momento que está viviendo".

Muchas veces dicen que hay que volver a reconocer la dignidad al enfermo, pero para José Luis esa dignidad ya existe “porque solamente por ser hijos de Dios ya son los más que se puede ser, aunque se esté postrado a una cama o lo que sea”.

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Una estancia que muchas veces puede ser muy larga y que recuerda los momentos que vivió el mismo Cristo cuando cargó con su cruz. Para Juan Luis Gómez, “hay circunstancias donde a lo mejor los pacientes pasan mucho tiempo en cama y eso a veces hace mostrar esa incomodidad y ese cansancio por estar tanto tiempo en la cama. Se le hace más pesada la cruz”.

Para el sacerdote, paciente en el hospital, esta prueba que está viviendo “es también una manera de lo que vivió el mismo Jesús. Con Él hicieron lo que quisieron, Él lo vivió pasivamente y fue entregado a los brazos de su Madre, al bajar de la cruz derrotado y sin ninguna fuerza. Pienso en eso y me ayuda a entender también cuando tienen que limpiarte o tienen que darte de comer”.

La esperanza es la otra cara del Viernes Santo: “En los pacientes se ve reflejado Cristo. Nosotros intentamos también acercarnos, como dice el Papa Francisco, a la carne sufriente de Cristo que está presente en cada uno de los pacientes del hospital”. Si hay algo que esperan en este hospital es la recuperación como sinónimo de resurrección para estos días.


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