Guy Consolmagno: “La fe es un elemento esencial de la ciencia”
Este astrónomo estadounidense, científico planetario y religioso de la Compañía de Jesús detalla interrogantes como la motivación de los astrónomos y su vinculación con la religión

ctv-wik-text-2-finding-god-4-gigapixel-standard-scale-2 00x-1600x800-1
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La revista de cultura ‘La Civiltà Cattolica’ ha publicado un artículo sobre astronomía y virtudes teologales que ha sido realizado por Guy Consolmagno. Se trata de un astrónomo estadounidense, científico planetario y religioso de la Compañía de Jesús. En la pieza se presentan varios interrogantes como donde encuentran la motivación los astrónomos o que les sostiene día tras día en la búsqueda del conocimiento.
La relación entre ciencia y religión
El objetivo de estas preguntas es entender cómo la ciencia enfrenta la religión. Es un lugar común hablar de la “guerra interminable entre la ciencia y la religión”, y una forma común de resolver esta guerra es afirmar que la ciencia y la religión tienen cada una su propio ámbito. Según la definición de Steven Jay Gould, sus “magisterios no se superponen”. Me ocupo de la ciencia durante la semana y de la religión los domingos.
También detalla que “para afirmar que no creen en Dios, los ateos deben tener una imagen bastante clara del dios que rechazan. Y el dios que rechazan es probablemente un dios digno de rechazo, muy alejado del Dios que los creyentes hemos experimentado y aceptado.
. En este sentido, el creyente no se diferencia de un científico, que observa y luego trata de dar una explicación a lo que ha observado”.
La fe, elemento esencial de la ciencia
San Anselmo dio esta famosa definición de la teología: “es la fe que busca comprender”.Guy expone que “si la teología es la fe que busca comprender, es evidente que la fe es algo que aún no se comprende, al menos no en sí misma. Y, sin embargo, es algo bastante importante que se busca entender. Sabemos que algo está ocurriendo, pero no sabemos qué es. No hablamos aquí de la verdad que nos vemos impulsados a aceptar tras una larga y ardua búsqueda, sino de la verdad que es nuestro punto de partida, la verdad de la experiencia sobre la que construimos nuestra comprensión de lo que experimentamos. En este sentido, la fe es un elemento esencial de la ciencia”.
Esperanza: expectativa de conseguirlo
“La esperanza es la expectativa cierta de la felicidad futura”, dijo el gran teólogo medieval Pedro Lombardo, del que se hicieron eco y citaron Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologiae y Dante en el Paraíso. Es el corazón de las tres virtudes y depende de ellas. La certeza de la que habla se basa en la fe, la felicidad en el amor; la aportación clave de la esperanza es, pues, el sentido de la expectativa.
Afirma que “el trabajo de un astrónomo se basa en la esperanza. Todo astrónomo acude al telescopio con la esperanza de que el tiempo colabore, de que los instrumentos funcionen correctamente, de que el objeto en el cielo que hemos decidido observar nos proporcione realmente los datos que buscamos. Damos por sentadas estas expectativas, hasta el punto de que si nos encontramos con las nubes o con un fallo informático, estamos dispuestos a volver la noche siguiente para intentarlo de nuevo”.
El amor: una búsqueda desinteresada que lleva a Dios
"Todos los astrónomos, incluso los pocos que se dedican a ello profesionalmente, son aficionados, es decir, lo hacen por amor. Y esta es una afirmación radical. No todas las religiones consideran el estudio del universo físico digno de amor. Sólo si creemos que el universo fue creado, de forma ordenada, por un Dios benévolo, que, contemplándolo, dijo que era bueno; y si creemos en un Dios que amó tanto al mundo que envió a su único Hijo, entonces creeremos que estudiar este mundo es algo bueno, porque es una forma de entrar en intimidad con su Creador", concluye.