En furgoneta, de Granada a Ucrania para "intentar aliviar el dolor de quien lo necesitase"
El arzobispado de Granada acoge desde este 22 de marzo a más de un centenar de ucranianos. "Abriré la catedral si es necesario", ha asegurado el arzobispo Javier Martínez

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"Yo escuché COPE que algunas personas con muchas ganas de ayudar habían ido allí y entonces me planteé lo mismo”. Ese fue el impulso que llevo a Fran Anera a viajar desde Granada hasta la frontera de Polonia y Ucrania para recoger a refugiados. “Yo tengo una agencia de excursiones y me planteé que por qué no con mi propia furgoneta, intentar aliviar el dolor de quien lo necesitase”.
Unido a la propuesta de la archidiócesis de Granada y tras más de dos días de viaje, junto con cuatro amigos, han logrado trasladar a España a tres familias, un total de doce personas que desde el pasado lunes han sido acogidos en la localidad granadina de Coampotéjar, en dos viviendas del pueblo, que se ocuparán de cuidar a las tres madres y sus respectivos hijos, todos ellos familia entre sí. “Los niños están integrándose en la guardería bastante bien, y las madres tienen esperanza. Nuestro compromiso es que pueda volver a su casa de la manera más segura posible”.

La intensidad vivida tanto en el viaje de ida como en el de vuelta, ha explicado Fran a Ecclesia, radica en que “no sabíamos qué nos íbamos a encontrar y por la situación dolorosa de las familias que huyen”. Un viaje agotador, pero gratificante, porque “todo lo que se pueda ayudar a las personas ahí estaremos”.
Más de un centenar de refugiados
El arzobispado trae hoy a Granada a más de un centenar de refugiados ucranianos. Entre ellos, un grupo de chicas que será acogidas por conservatorios de música. El vicario general Francisco Javier Espigares ha estado al frente de esta caravana solidaria con dos autobuses y varias autocaravanas.
“Es un momento de emergencia sin precedentes”. Así es como describió el arzobispo de Granada, Javier Martínez, la situación humanitaria en la que se encuentran los refugiados ucranianos, cuando presentó el plan de acción de la archidiócesis junto al sacerdote ucraniano Svyastoslav Myronyuk.
Por un lado, el arzobispo instó a hacer una caravana humanitaria con la que se pueda recoger a los refugiados hacia Granada. Una invitación a movilizar a la comunidad cristiana en este sentido, ya que el perfil de quienes huyen de los bombardeos, “mujeres y niños en su mayoría”.
Este perfil tan delicado obliga, según Martínez, a mirar bien hacia donde se trasladan las familias que vengan. “No pueden ir a cualquier sitio. Abriré la catedral si es necesario para garantizar su seguridad”.