La CONFER en la apertura de su Asamblea General aboga por buscar "la esperanza" para hacer frente a los "nuevos desafíos" de los religiosos

Jesús Díaz Sariego, presidente y Lourdes Perramon, vicepresidenta, han agradecido el pontificado de Francisco y sienten "especialmente cercano" al Papa León XIV en su condición de religioso 

Discurso de apertura de la Asamblea General XXXI de la CONFER

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Discurso de apertura de la Asamblea General XXXI de la CONFER

Redacción Religión

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'Esperanza, ¿por dónde andas?', es el lema elegido por la CONFER de la 31ª Asamblea que se celebra desde hoy y hasta el jueves 29 de mayo. En el discurso de apertura, el presidente de la Conferencia Española de Religiosos, Jesús Díaz Sariego y su vicepresidenta Lourdes Perramon han dirigido unas palabras al grupo en la que han hecho hincapié en que vivir este Año Jubilar, convocado por el Papa Francisco, significa vivir un tiempo  "de gracia que, en comunión eclesial, queremos vivir como oportunidad acogiendo la invitación y llamada a la conversión, a la reconciliación y a un renovado encuentro con Dios, fuente de nuestra esperanza. 

Las Congregaciones así lo queremos vivir, renovando nuestro compromiso con una de las dimensionas más importantes de la fe: la esperanza, que a veces sentimos un tanto escasa en los tiempos que corren. Pero este jubileo nos recuerda que la esperanza en Dios es una gracia, un don que renueva cada uno de nuestros carismas" apuntaba el religioso dominico cuyo mandato al frente de la CONFER finalizan ahora tras cuatro años desde su elección. 

"El Papa Francisco «nos ha despertado al mundo», lugar donde Dios se sigue encarnando y nos ha acompañado

Lourdes Perramon, vicepresidenta de la CONFER 

Además, las caras visibles de la CONFER han aprovechado la oportunidad para agradecer al Papa Francisco el trabajo que ha realizado durante todo su pontificado: "El Papa Francisco «nos ha despertado al mundo», lugar donde Dios se sigue encarnando y nos ha acompañado, especialmente a la vida religiosa, con gran sabiduría profética. 

Agradecemos de corazón su servicio a la Iglesia, como sucesor de Pedro; su valentía a la hora de iniciar nuevos procesos que nos permitan como Iglesia seguir siendo peregrinos de esperanza. Por todo ello y por tantos gestos sencillos de humanidad y evangelio que nos quedan como legado y ejemplo, damos gracias a Dios y lo queremos expresar también con un gesto externo, con nuestro aplauso sentido y agradecido"  ha continuado en su discurso de apertura. 

Seguidamente, se han dedicado unas palabras al nuevo sucesor de Pedro, el número 267, el Papa León XIV en el inicio de su pontificado: "La vida consagrada reafirmamos nuestra comunión con el nuevo sucesor de Pedro y con toda la Iglesia. Al papa León, al igual que lo fuera Francisco, lo sentimos especialmente cercano desde su condición de religioso y también por su experiencia como Superior Mayor

Su disponibilidad y servicio nos invita a asumir con valentía y audacia la responsabilidad de ofrecer al conjunto de la Iglesia el don de cada uno de nuestros carismas, para seguir construyendo juntos desde el servicio a los hombres y mujeres de nuestro mundo, especialmente a los más vulnerables y necesitados.

un slogan para el año jubilar que celebramos: "Esperanza, ¿Por dónde andas?".

"El slogan de esta trigésimo primera Asamblea General de Superiores Mayores de la CONFER se inicia con una pregunta: «Esperanza, ¿Por dónde andas?».

Esta pregunta nos habla del momento que atravesamos como vida religiosa. Necesitamos, nuevamente, hacernos preguntas y buscar juntos las respuestas, no tanto de forma teórica o esperando que nos vengan de afuera las respuestas. Queremos más bien, hacer el esfuerzo de procurar que las intuiciones y orientaciones broten desde la capacidad que tengamos de poner palabra a lo que estamos viviendo, a lo que nos desafía como religiosos y religiosas, a las incertidumbres y experiencia de vulnerabilidad que nos acompaña; pero, al mismo tiempo, acogiendo de nuevo la interpelación que Dios hace a nuestra vocación, en su constante invitación a la búsqueda conjunta de respuestas.

Nos va a guiar, en esta ocasión, la reflexión y oración de los discípulos de Emaús, su peregrinar externo, pero sobre todo interno, cuando ‘frustrados’ por los acontecimientos vividos en Jerusalén van de retirada camino de Emaús. Se sienten desconcertados, durante el camino muchas preguntas sin respuesta. Pero el ser capaces de expresar, compartir y dialogar sobre su experiencia de derrota, les permite cambiar la mirada, reconocer la presencia del resucitado y ahí renacer a la esperanza, pues:

un ejemplo para los religiosos de la confer: el discernimiento de los discípulos de emaús

Los discípulos de Emaús se implicaron en su propio discernimiento; confiaron en su diálogo y se apoyaron mutuamente. No se quedaron inmóviles, supieron reaccionar a tiempo. Lo hicieron en movimiento, en peregrinación, en camino. Nosotros, superiores mayores, somos ahora esos discípulos de Emaús que van de camino, a veces entre lamentos y otras abriendo procesos en las Congregaciones para asegurar que el Evangelio se siga predicando y encarnado. No estamos solos. Avanzamos en comunión cuando nos disponemos a orar, reflexionar y dialogar juntos en la búsqueda de respuestas a la pregunta: «Esperanza, ¿por dónde andas?».

Ayudarnos a tomar mayor conciencia de una CONFER que ha de seguir evolucionando para que pueda servir mejor a los nuevos desafíos que van surgiendo en la vida religiosa. Estamos asistiendo a importantes cambios en el conjunto de las Congregaciones y en la realidad, que a todos y todas nos conciernen. También nosotros necesitamos cambiar la mirada, el corazón quizás, escuchar al Resucitado que camina con nosotros y acoger el envío a reforzar, aún más, el trabajo conjunto y transversal. Porque como nos decía el Papa Francisco: “nadie se salva solo”.

La CONFER, por tanto, necesita en este momento tan trascendental su propia renovación para responder mejor a las demandas reales de la vida consagrada en España. Surgen nuevos desafíos y necesidades que requieren otras dinámicas de funcionamiento. Hemos de pensarlo juntos y en comunión. Estamos viviendo, como vida religiosa, otro momento histórico que debemos afrontar con serenidad y confianza en el Señor.

Y añade ella: “Nuestra esperanza es saber que Jesús no dejará de volver a confiarnos sus talentos, una y otra vez, para aliviar sufrimiento, para ayudar a incrementar la cantidad de amor en este mundo, para alentar a vivir. Que los miedos, que los tenemos, y que la incertidumbre, que nos saluda a cada paso, no nos impidan trenzar nuestras cuerdas, tejer con ellas redes y alianzas que cuidan, reparan, nutren y embellecen vidas; y poder conversar unos con otros mientras vamos de camino cómo vivimos, cuáles son nuestros sueños, y quiénes nos mantienen agradecidos hasta el final”.

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