Sor Magdalena: "Atendemos a personas muy vulnerables, que proceden del mundo de la droga y la marginación"

Esta Hija de la Caridad colabora en el Centro Miguel Mañara de Sevilla, que desde 1997 está gestionado por la Asociación Familia Vicenciana

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La Asociación Familia Vicenciana está formada por representantes de distintos movimientos y grupos que se nutren del carisma de San Vicente de Paúl: Compañía de Hijas de la Caridad, Asociación Medalla Milagrosa, Asociación Internacional de Caridad, Juventudes Marianas Vicencianas, Sociedad de San Vicente de Paul, Congregación de la Misión, Misioneros Seglares Vicencianos. La unión de estas entidades se consolida como una expresión viva de la solidaridad y el compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad. El Centro Miguel Mañara, regentado por esta Asociación cumple ahora 25 años. ECCLESIA ha podido hablar con Sor Magdalena, Hija de la Caridad, que colabora en este proyecto.

La religiosa explica que este centro nació fruto de unas protestas que se realizaron en Sevilla con motivo de que había muchas personas que vivían en la calle e incluso aumentó el número de personas que morían de frío. La Familia Vicenciana se hizo cargo de este centro en el año 1997 y “desde entonces hemos ido evolucionando. Tenemos ahora mismo 41 personas sin hogar, 11 mujeres y 30 hombres. Nuestro objetivo siempre es poner en el centro a la persona. Somos personas genuinas, únicas y cada persona tiene sus necesidades y sus capacidades y aunque hay unas normas comunes, queremos atender a lo central”, explica.

Atención a personas vulnerables

Atendemos a personas que están en situación muy vulnerable, que proceden del mundo de la droga, la marginación y que son crónicos sociales. La mayoría están mucho tiempo en la calle y necesitan ese acompañamiento. Muchas de ellas también tienen enfermedades físicas como cáncer y se están sometiendo a quimioterapia y radioterapia. Intentamos acompañar en todo ese proceso”.

Respecto al tiempo que pasan los acogidos en este centro indica que “algunos no tienen fecha de salida y dependiendo del proceso según van saliendo alguno ha vuelto con su familia, aunque la mayoría lleva tiempo en el centro. Cuando las personas cumplen 60 años tienen derecho a una residencia de mayores y se le deriva a ese tipo de residencia y se intenta tramitar toda su documentación para que accedan ahí”.

Sor Magdalena ha explicado que la Asociación también tiene “pisos de emancipación, siempre tutelados o semitutelados por nosotros y algunos tienen una vida más normalizada en los pisos. En el caso de la mujer es más difícil que salga, se quedan más tiempo con nosotros y tenemos una media de estancia de dos o tres años en nuestro centro”.

Las “caracolas” de invierno

“En el tiempo del invierno y del frío tenemos lo que llamamos aquí en Sevilla como “las caracolas”. Desde octubre ampliamos y tenemos 25 personas más en unas casetas prefabricadas. Ahí tienen sus camas, sus sábanas y viven de una manera lo más digna posible. Suelen estar todo el día en la calle, vienen por la noche, se duchan, cenan, duermen, desayunan, y al día siguiente se vuelven a ir a la calle hasta otra noche. Una de las cosas principales que tratamos de conseguir con esto es quitar a estas personas sin hogar del frío de la noche”.

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