Asamblea sinodal: El papel de la mujer en la Iglesia, tema clave en la síntesis de las diócesis españolas

La escasa participación de los jóvenes, la familia como lugar de evagelización, los abusos sexuales y la necesidad de institucionalizar los ministerios laicales

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Durante los meses de la fase diocesana del Sínodo algunos temas han resonado con fuerza y la síntesis plantea la necesidad de un mayor ejercicio de discernimiento:

- El papel de la mujer en la Iglesia, como inquietud, necesidad y oportunidad. LA síntesis indica que “se aprecia su importancia en la construcción y mantenimiento de nuestras comunidades y se ve imprescindible su presencia en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia”.

- La escasa presencia y participación de los jóvenes en la vida y misión de la Iglesia.

- La familia se ve como ámbito prioritario de evangelización.

- El documento ha tenido un eco importante el tema de los abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia, evidenciando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación.

- Mayoritario ha sido el sentir acerca de la necesidad de institucionalizar y potenciar los ministerios laicales.

- Otra atención específica merece el tema del diálogo con las demás confesiones cristianas y con otras religiones. “Reconocemos que tenemos escasa experiencia ecuménica en nuestras comunidades, al tiempo que comprendemos la necesidad de establecer este diálogo allí donde no existe y, en su caso, de potenciarlo, con espacios e iniciativas compartidas que lleguen a todos los miembros de las comunidades”.

Asamblea Sinodal sintesis


Otros temas

Otros temas, pero con menor presencia

- La necesidad de potenciar una presencia cualificada de la Iglesia en el mundo rural.

- La religiosidad popular como cauce de evangelización en un mundo secularizado.

- La necesidad de fomentar la pastoral de los mayores.

- La conveniencia de incrementar la atención de determinados colectivos tales como presos, enfermos o inmigrantes.


Celibato opción, ordenación de casados y de mujeres

Pero el documento indica, además, que junto a todos estos temas, se incluye en la síntesis “por su relevancia en el imprescindible diálogo eclesial y con nuestros conciudadanos, la petición que formulan acerca de la necesidad de discernir con mayor profundidad la cuestión relativa al celibato opcional en el caso de los presbíteros y a la ordenación de casados; en menor medida, ha surgido igualmente el tema de la ordenación de las mujeres”. ¿Qué se pide? Dialogar sobre estos temas para conocer mejor el Magisterio y poder ofrecer una propuesta profética a nuestra sociedad.


Tres urgencias

Según la síntesis, quienes han participado en este proceso sueñan “una Iglesia más familia, más cercana a los necesitados, más valiente para afrontar los problemas del mundo de hoy”. Por eso, explica tres urgencias entrelazadas: crecer en sinodalidad, promover la participación de los laicos y superar el clericalismo.

Sobre la necesidad de crecer en sinodalidad., el documento asegura que “esto exige formación en sinodalidad, capacidad de acogida, escucha activa, comprensión, acompañamiento y discernimiento. Dar cabida a las preguntas con el fin de conocer, a partir de la escucha abierta a las aportaciones de todos, el plan de Dios para este tiempo y para este lugar”.

Sobre la participación de los laicos, pide definir los asuntos en los que tuvieran carácter decisorio, especialmente en aquellos campos que son más propios de su vocación en el mundo”. Por último, la urgencia de superar el clericalismo, lo que implica vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia”.

Participación

La fase diocesana del Sínodo en las diócesis españolas ha multiplicado por 7 el número de personas que participaron en el proceso del Congreso de Laicos en febrero de 2020. En estos meses se han implicado a casi 220.000 personas, con más de 14.000 grupos, la mayoría en parroquias, y también a numerosas congregaciones religiosas, CONFER regionales, monasterios de clausura, Cáritas diocesana, movimientos y asociaciones laicales e institutos seculares.

Siguiendo el proceso iniciado en el Congreso de Laicos, lo que más se ha valorado en estos meses es el mismo proceso: Una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento.

Como el mismo documento de síntesis indica: “En algunas diócesis el camino sinodal ha convivido con otros procesos de sínodo diocesano que se estaban realizando o que habían concluido recientemente. Esto ha supuesto una escasa incidencia del proceso sinodal, que se ha encontrado con el cansancio del Pueblo de Dios. En otros casos, sin embargo, la integración con las asambleas diocesanas que estaban teniendo lugar ha permitido un trabajo integrado y una reflexión más fecunda”.

¿Cuáles han sido las experiencias especialmente significativas?

El texto de la síntesis recoge la experiencia de procesos sinodales en 19 cárceles, en las residencias de ancianos y el trabajo realizado por algunos profesores de Religión, padres y alumnado de esta asignatura, especialmente en los cursos superiores de la ESO y de Bachillerato”.

¿Cuáles son las palabras que resuenan con fuerza?

Comunión, comunidad, escucha y diálogo, discernimiento, corresponsabilidad, formación, presencia pública y misión. Y ante estas palabras hay dos ideas en la síntesis que son clave: conversión personal y proximidad.

Todos estos términos están conectados entre sí: La comunión se vive en la comunidad, de cuya edificación y desarrollo todos somos corresponsables, bajo la acción del Espíritu Santo; una comunidad que escucha, acoge, nos permite vivir, celebrar y crecer en la fe y nos anima a comprometernos en el mundo para transformar la realidad y anunciar a Jesucristo”.

Un déficit en el camino

El documento reconoce que “somos conscientes de que nuestras síntesis son más un sumatorio de aportaciones, con el deseo de recoger todas las voces, que el fruto de un ejercicio de discernimiento, tarea que, sin embargo, hemos de realizar una vez culminada la primera fase del proceso sinodal, pues así se nos pide desde la Secretaría General del Sínodo.

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