La vida de Santiago: el hombre que ha conocido el matrimonio, la viudez y, ahora con 69 años, el sacerdocio

Tras 15 años de matrimonio con Mariluz, enviudó en 2010. Desde entonces decidió prepararse para ser diácono permanente. Este sábado, el cardenal Osoro le ha ordenado sacerdote

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Santiago Pérez perdió hace más de una década a su mujer, Mariluz, al no superar el cáncer de mama que padecía. En el recuerdo quedaron quince años de feliz matrimonio. La pareja no tuvo hijos. Ahora, con 69 años, ha sido ordenado sacerdote por el Arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro. Poco antes de enviudar, Mariluz le animaba a ser diácono permanente.

En un vídeo publicado en los últimos días, Santiago ha explicado en 2016 fue ordenado diácono permanente, seis años después de quedarse viudo: “Fue mi mujer quien me animó, junto a un sacerdote carmelita que me veía talento para este servicio”.

Para Santiago, hoy ya sacerdote, es un auténtico honor estar al servicio de la Iglesia. La primera llamada para ser sacerdote la sintió, como él mismo confiesa, hace un cuarto de siglo, durante una convivencia en su comunidad neocatecumenal: “El Señor me tuvo tres años en vocacional, y luego estuve pensando qué hacer con mi vida”.

Santiago dudaba qué hacer. Por un lado, veía como muchos amigos de su entorno contraían matrimonio. Otros, ingresaban en el Seminario. El hoy sacerdote optó por la vida conyugal, hasta enviudar: “En este tiempo me he preparado para el diaconado permanente. He estado abierto al presbiterado. San Francisco de Asís fue diácono y santo. A mí me falta mucho para ser santo, pero ya soy diácono como él”, apunta en el vídeo.





Su vida, asegura, no ha estado exenta de dificultades, pero confiesa que siempre Dios ha estado a su lado para tenderle la mano y ayudarle a salir adelante: “Confío en el Señor, que tiene poder para sacarnos de la muerte, del pecado del mal. A mí me ha sacado de una vida desordenada, de los errores de la juventud, del dinero...”

Nuestro protagonista va más allá, y afirma que “Dios me ha abierto un camino para ser más generoso, ser casto de nuevo, la alegría de dar a los demás en la caridad y proclamar su palabra”.

Así las cosas, Santiago Pérez anima a quienes sientan la llamada a profundizar en esta “vocación hermosa y santa, querida por Dios”. Una reflexión, la de Santiago, que como diácono es coordinador en exequias en el cementerio de la Almudena, además de ayudar en su parroquia, Nuestra Señora de Sonsoles.

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