La última frase que pronunció el sacerdote Elías Medina antes de ser asesinado por odio a la fe en 1936

El religioso cordobés será beatificado, junto a otros 126 compañeros, el próximo 16 de octubre en la Catedral de Córdoba

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El próximo 16 de octubre la Catedral de Córdoba acogerá la beatificación del sacerdote Juan Elías Medina y el de otros 126 compañeros sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos asesinados durante la persecución religiosa en España entre 1936 y 1939.

La celebración de la beatificación contará con la presencia del cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. Fue el pasado 17 de noviembre cuando el Papa Francisco aprobó el decreto del martirio del sacerdote Juan Elías Medina y de sus otros 126 compañeros pertenecientes a la diócesis de Córdoba.

Una década antes, el 16 de enero de 2010, se inició en la Catedral cordobesa la apertura de la causa de beatificación y canonización de estos mártires. La mayoría de los futuros beatos pertenecían a la Adoración Nocturna o a la Acción Católica y todos fueron asesinados “por su condición de cristianos fervientes”, explican en las motivaciones de la causa de beatificación.

El más joven, Antonio Gaitán Perabad, fue asesinado en El Carpio cuando apenas tenía 16 años de edad. Por su parte la de mayor edad era María Consuelo González, de 86 años.

Los últimos días del Padre Juan Elías Medina

Pero quien “preside” a este grupo de mártires es el Padre Juan Elías Medina. Un sacerdote que nació en 1902 en la localidad de Castro del Río. Con 24 años fue ordenado sacerdote en su pueblo, donde ejerció como párroco hasta el estallido de la Guerra Civil Española.Pocos días después de del estallido del conflicto, fue encarcelado, el 22 de julio.

Durante los casi 40 días en los que permaneció en cautiverio, acompañó espiritualmente y consoló a quienes, como él, estaban entre rejas como consecuencia del ambiente de odio que reinaba en España en aquellos oscuros años.

Su final en este mundo llegaría el 25 de septiembre, cuando junto a otros catorce compañeros salieron de prisión para ser asesinados en la puerta del cementerio de su municipio natal, en Castro del Río. En ningún momento el Padre Juan Elías Medina renunció a su fe, siendo asesinado bajo los gritos de ‘¡Viva Cristo Rey!’ y perdonando a sus verdugos.

Incluso algunos testigos revelaban que, antes de subir al camión para ser acribillado a balazos, el párroco aseguró "que no soy albañil, soy sacerdote".

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