EN 'EL ESPEJO'

El sacerdote que pide barriles de aceite de oliva para dar esperanza a las familias de Alepo

El aceite era, antes de la guerra en Siria, un producto que nunca faltaba. Que vuelva el aceite, ayuda a que las familias puedan comer y tener esperanza

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Hoy Ángel Expósito nos está haciendo presente en COPE la situación en Siria a los ocho años del comienzo de la guerra, y la historia que contamos en El Espejo nos sitúa en Alepo, con una iniciativa concreta para esta Cuaresma.

Aún caen misiles en los barrios del oeste de la ciudad y la paz se hace esperar. Además la gente afronta una dura crisis económica, que para algunos padres de familia es aún peor que todo el terror sufrido hasta hoy. En estos meses invernales faltan el gasóleo y gas, y la energía eléctrica está racionada. La falta de energía limita al sector productivo y muchos negocios no tienen entradas desde hace 3 meses. Aunque la situación bélica haya mejorado, muchas personas se ven arrastradas por la amargura y la desesperación.

El P. Ibrahim Alsabagh, párroco de la comunidad latina de Alepo, está coordinando la respuesta de la Iglesia, especialmente en el campo alimentario. La distribución mensual de paquetes de alimentos sigue siendo esencial para la mayor parte de las familias, que viven en condiciones de pobreza severa. En una carta dirigida con motivo de la Cuaresma, este franciscano recuerda que en las familias de Oriente Medio normalmente nunca faltaban el pan y el aceite. Sin embargo este producto local se ha vuelto prohibitivo para muchos sirios debido a su precio. El precio de un barril de aceite equivale al sueldo mensual de un empleado estatal, unos 50 euros. Y una familia de 4 personas consume habitualmente un barril de aceite en un año. Por eso ha propuesto que la ayuda más concreta que puede ofrecerse a una familia de Alepo es un barril de aceite de oliva.

Este proyecto tiene otros efectos positivos. El P. Ibrahim destaca la necesidad de volver a la tierra, reforzando la agricultura y alentando el trabajo de los campesinos. Este proyecto puede ayudar también a los pequeños agricultores de los pueblos del centro y del norte de Siria, que necesitan mucho apoyo. En su carta observa que Jesús, en el Evangelio, nos pide una caridad práctica que sepa entrar en los detalles de la vida cotidiana. La Iglesia trata de vivir en Alepo esta caridad práctica y real. Por eso ha lanzado en Cuaresma el proyecto “un barril de aceite para cada familia”.

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