Diez razones para confiar en los jóvenes

José María Albalad nos enumera diez razones para no perder la fe en la juventud: renovación, compromiso, nuevos horizontes...

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El XX Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), ha aportado enriquecedoras reflexiones –a la luz del Sínodo– sobre el papel de los jóvenes en la edificación de la Iglesia y la sociedad. ¿Hay motivos para confiar en las nuevas generaciones?

1. Renovación y futuro. vida. En una civilización tan envejecida como la europea, resulta urgente comprender, ayudar y ofrecer soluciones a los jóvenes. Es la única manera de que las generaciones actuales escriban el futuro con el soporte de Cristo.

2. Compromiso. La Iglesia es joven no porque se abra a los jóvenes, sino porque hay una juventud comprometida y entregada que asume el Evangelio como núcleo vital de su existencia. Así, se ilumina la sociedad con un mensaje de responsabilidad y de servicio.

3. Nuevos horizontes. En un marco social que rebaja las aspiraciones de nuestra vida a un mero transcurrir, los jóvenes afrontan un arduo camino de búsqueda. Captar y analizar los rasgos de nuestro mundo resulta imprescindible para abrir nuevas luces.

4. Seguridad. Con su mensaje eterno y universal, la Iglesia puede ofrecer a los jóvenes un conjunto de valores permanentes, perennes, que les den seguridad para caminar por la vida en una sociedad líquida –como diría Bauman– carente de certezas.

5. Confianza. La juventud puede y debe dibujar el mañana, pero, para ello, necesita libertad y confianza. No podemos construir jóvenes a nuestra medida.

Jóvenes y padres sinodales peregrinan juntos en una de las actividades del Sínodo

Jóvenes y padres sinodales peregrinan juntos en una de las actividades del Sínodo

6. Testimonio. La vida de los jóvenes puede ser, en sí misma, evangelización. Sin grandes alardes. La bondad de su mensaje radica en la coherencia y la autenticidad. Ese es su verdadero atractivo.

7. Calles digitales. Cualquier momento es bueno para acercar almas a Dios. Los jóvenes, con su lenguaje específico, ofrecen una oportunidad única para regalar esperanza en el mar de internet.

8. Vida pública. El joven católico ha de ser altavoz del mensaje cristiano en la vida pública. Pegado a la realidad, con fe, esperanza y caridad. Feliz por construir un mundo más justo y humano.

9. Acompañamiento. ¿Desde dónde quieres, Señor, que yo te sirva? El discernimiento vocacional requiere pastores entrenados y entregados para acompañar a los jóvenes en su camino vital. Con ese aliento, todo es más fácil.

10. Revolución de la ternura. El ser humano está hecho para amar y ser amado. ¿Quién mejor que los jóvenes para desatar la revolución de la ternura que reclama el papa Francisco? La juventud es la vela que nos recuerda el triunfo de la luz sobre las tinieblas.

Hay futuro.

Diez razones para confiar en los jóvenes

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