Carta del obispo de Astorga: «Una Iglesia comprometida con la educación»

Jesús Fernández alaba el trabajo y desempeño de los profesionales de la escuela católica de Astorga, una escuela basada en la fusión armónica de la fe, la cultura y la vida

Jesús Fernandez González

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La Iglesia siempre ha valorado la educación como motor del desarrollo humano integral. Por eso ha defendido el derecho universal a recibirla y, en paralelo, el deber de proporcionarla que compete, en primer lugar, a los padres, pero también a la sociedad y a la misma Iglesia. El compromiso de la Iglesia en el campo escolar se manifiesta especialmente por la escuela católica. Como dice el Concilio Vaticano II, “ésta persigue, en no menor grado que las demás escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota distintiva es crear un ambiente de la comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y de caridad, ayudar a los adolescentes para que, en el desarrollo de la propia persona crezcan a un tiempo según la nueva criatura que han sido hechos por el bautismo, y ordenar, finalmente, toda la cultura humana según el mensaje de la salvación…”.

Desde hace ya más de doscientos años, la diócesis de Astorga viene promoviendo y apoyando la educación de nuestros niños y jóvenes. En la actualidad, distintas congregaciones religiosas y fundaciones sostienen centros educativos que colaboran con las instituciones civiles en la oferta educativa. También la Diócesis está comprometida a través de los colegios de su titularidad: el Colegio S. Ignacio en Ponferrada y, en A Rúa, el Colegio S. Pablo VI.

Como escuela católica basamos nuestro proyecto educativo en una fusión armónica de la fe, la cultura y la vida. Por medio de los colegios diocesanos nuestra Iglesia ofrece una educación integral a los alumnos y promueve y facilita la colaboración con las familias. Además, nuestra Iglesia local evangeliza, educa y colabora en la formación de un ambiente moralmente sano, con Cristo como fundamento.

En la actualidad, 6 sacerdotes, 74 profesores, 9 trabajadores de administración y servicios atienden a 830 alumnos desde educación Infantil hasta Bachillerato. Deseo aprovechar esta oportunidad para animarlos a todos a seguir realizando su labor, sobreponiéndose a las múltiples preocupaciones y dificultades que se les presentan cada día, asegurándoles que su trabajo es un modo concreto y muy valioso de mejorar el mundo y de colaborar en la misión de la Iglesia.

La escuela en general está atravesando un momento difícil al destaparse múltiples casos de bullying y al producirse un número creciente de suicidios. En este contexto, traigo a la memoria las afirmaciones realizadas por la Sagrada Congregación para la Educación Católica en su documento “El laico católico, testigo de la fe en la escuela” (1982): “La tarea del educador católico está orientada a la formación integral de un hombre a quien se le abre el maravilloso horizonte de respuestas que, sobre el sentido último del hombre mismo, de la vida humana, de la historia y del mundo ofrece la Revelación cristiana. Esas respuestas han de ser ofrecidas al educando desde la más profunda convicción de la fe del educador, pero con el más exquisito respeto de la conciencia del alumno”.

Quiero agradecer a las familias de nuestros alumnos la confianza que depositan en nuestros colegios. Sus hijos son el centro de nuestra atención; intentamos responder a sus necesidades educativas, tomando en serio todas sus preguntas, y cómo no, su futuro. Finalmente, les recuerdo que el proceso de admisión de alumnos nuevos en Galicia está abierto desde el 1 al 20 de marzo, y en Castilla y León del 17 de marzo al 10 de abril.

+ Jesús Fernandez González

Obispo de Astorga


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