Real Madrid y Manchester City empataron este martes en el Santiago Bernabéu en el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones (3-3). Los dos equipos tuvieron sus momentos durante los 90 minutos del encuentro y conocerán su destino en la vuelta que se disputa el próximo 17 de abril en el Etihad.

Locura y lluvia de goles en el Bernabéu

El Santiago Bernabéu se llenó hasta la bandera en una noche que se antojaba mágica y lo fue en cuanto al espectáculo futbolístico se refiere. Pero para los aficionados madridista, sin embarho, no fue una noche feliz pese a los seis tantos que se anotaron. Bernardo Silva silenció el fuedo madridista en los primeros compases del partido con un gol de falta directa. El portugués sorprendió con su disparo a Lunin, que no pudo evitar a tiempo que la pelota traspasase la línea de gol.

El encuentro se ponía cuesta arriba para los de Carlo Ancelotti, que intentaron reaccionar con un par de llegadas. Pero los ingleses imponían su fútbol y hacían intervenir al meta ucraniano, que supo sobreponerse a su error en el 0-1. El entrenador italiano apostó por la presión y la recuperación en terreno de juego contrario. Y la estrategia funcionó, pero también terminó condenando al conjunto blanco.

La velocidad era la principal baza del Real Madrid. Pero, sin embargo, apareció Camavinga con un disparo lejano para empatar. El centrocampista francés probó suerte y superó a Ortega, después de que el balón golpeara en Rubén Dias. Y a los dos minutos, Rodrygo ponía patas arriba el Bernabéu. El brasileño sorprendió con una cabalgada por la banda izquierda, se plantó solo ante el meta alemán, no falló y dio la vuelta al marcador.

El paso de los minutos favoreció a los ingleses, que se adueñaron del balón y del partido, pese a que el conjunto blanco intentó en varias ocasiones marcar el tercer gol. El inicio de la segunda parte fue calcado al final del primer tiempo. Los de Guardiola dormían la posesión y buscaban el juego interior, quizás su mayor fortaleza, para hacer daño a la defensa del Madrid. Y así consiguió el Manchester City dos goles.

El 2-2 fue obra de Fonden. El futbolista inglés chutó desde fuera del área y su disparo perforó la escuadra derecha de la portería de Lunin. El Real Madrid pedía cambios a gritos. Bellingham, Rodrygo y Vinicius estaban fundidos y eso lo supieron aprovechar los de Pep Guardiola, que consiguieron el 2-3 en un abrir y cerrar de ojos. El tanto lo anotó Gvardiol con su pierna mala, la derecha, y silenciaba a un Bernabéu que veía cómo su equipo iba encaminado a una dolorosa derrota.

Entonces Ancelotti reaccionó, refrescó a su equipo que empató. Modric, Brahim y Joselu dieron aire a un Real Madrid agotado. Y en una jugada que arrancó en la banda izquierda nació el empate definitivo. Vinicius centraba y desde segunda línea Valverde enganchaba una volea cruzada e imparable para Ortega para cerrar un partido de locura en el Santiago Bernabéu.

El análisis de Manolo Lama

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"El partido entre Real Madrid y Manchester City ha sido una auténtica oda al fútbol y un homenaje que han dado los dos mejores equipos de Europa los aficionados a este deporte.

El conjunto dirigido por Pep Guardiola no se ha arrugado en el Santiago Bernabéu, pese a que los de Carlo Ancelotti remontaba un 0-1 en dos minutos. Los ingleses siguieron jugando con su estilo característico y eso le sirvió para ponerse 2-3. Pero el Madrid tiró de corazón y consiguió empatar.

El Real Madrid se lo jugará todo en el Etihad, pero el City ha demostrado que es vulnerable sobre todo al contragolpe".

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