Lo que decía Prevost hace unos años sobre el cambio climático marca su postura como León XIV: "En Twitter"
Recibe el legado que dejó Francisco en áreas tan actuales y tan importantes como la ciencia, la tecnología o la ecología
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El nuevo Papa, León XIV, ha comenzado su pontificado con una expectación inusitada en ámbitos poco habituales para un líder religioso. Uno de ellos es el mundo científico, que observa con atención los primeros pasos de este pontífice que, antes de ser elegido, ya mostró una sensibilidad especial por temas como el cambio climático, la inteligencia artificial o el cuidado de la vida desde una mirada cristiana.
"También el mundo científico está expectante, incluso te puedo decir que está entusiasmado con lo que puede ser la labor del conocimiento, de la ciencia, de este nuevo Papa", aseguraba en Poniendo las Calles el divulgador Jorge Alcalde, en conversación con Carlos Moreno El Pulpo. La clave está en el pasado del hoy Papa, que como cardenal Prevost dejó claro que no era ajeno a los retos de nuestro tiempo.
El legado de Francisco
León XIV recibe una herencia directa del Papa Francisco, especialmente en su implicación con el desarrollo de la ciencia en armonía con la fe. “Francisco fue muy valiente y dejó cosas muy claras”, decía Alcalde, subrayando su apuesta decidida por la ecología, una causa que plasmó en su encíclica Laudato Si', donde planteaba la necesidad de cuidar “nuestra casa común”.
El Papa León XIV, Robert Prevost, recita por primera vez la oración mariana del Regina Coeli desde la logia central de la Basílica de San Pedro.
El nuevo pontífice no parte de cero. León XIV ya ha mostrado una actitud proactiva desde su tiempo como cardenal. En redes sociales, como recordó Alcalde en el programa, “retuiteó varias veces mensajes de otros cardenales y expertos sobre la necesidad de cuidar el planeta”, y afirmaba con contundencia: “Ya ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos”.
Esta continuidad en la línea verde del Vaticano también se refleja en el apoyo de León XIV a instituciones como la Pontificia Academia de las Ciencias, que colabora con científicos de talla mundial —incluidos expertos de la NASA— para afrontar los desafíos actuales desde una mirada integral, ética y humana.
Ciencia y fe: una alianza agustiniana
Más allá de su compromiso medioambiental, el perfil académico y espiritual del nuevo Papa refuerza su conexión con la ciencia. “Él es matemático”, recordaba Alcalde. Y no es un detalle menor. Su formación científica le confiere una visión que, como explicaba el divulgador, es “fría, calculadora pero apasionada”. Esa dualidad le permite tender puentes entre el conocimiento racional y la fe, algo que está profundamente enraizado en la tradición agustiniana que ambos comparten.
Además, su postura sobre la vida humana es igual de clara. Antes de asumir el papado, Prevost defendía el valor de la vida “desde la concepción hasta la muerte”, y reclamaba que la ciencia ayude a hacer ese tránsito “según nuestro conocimiento y nuestra moral cristiana”.
Esta visión también se alinea con las preocupaciones actuales sobre los límites éticos de la ciencia, desde la manipulación genética hasta los desafíos de la inteligencia artificial, temas sobre los que ya se ha posicionado la Santa Sede y que, previsiblemente, seguirán en el centro del debate con León XIV.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido Papa con el nombre de Papa León XIV.
“El Vaticano nunca le ha dado la espalda al progreso”, recordaba Alcalde, aludiendo a pontífices como León XIII, quien en Rerum Novarum habló de los retos que planteaba la revolución industrial, o a Benedicto XVI, gran estudioso de la relación entre ciencia y fe.
Ahora, el reto es aún mayor, pero la esperanza también crece. Como decía Alcalde, “necesitamos guías para transitar por las incertidumbres del futuro”, y en León XIV, la comunidad científica y la Iglesia parecen haber encontrado un interlocutor dispuesto a asumir ese papel.