Cáritas celebra hoy miércoles sus 75 años de historia con la presentación de su memoria de 2021, de la que se desprenden dos datos especialmente significativos: en el segundo año de la pandemia ayudó a más de 2,5 millones de personas y destinó más de 400 millones a la acción social. Cifras récord para la organización.

Una de las personas a las que ha ayudado en este tiempo es Maria, una mujer de 34 años nacida en Badajoz que fue víctima de malostratos y tiene a un hijo de 14 años a su cargo. Su padre falleció cuando era solo una niña y los servicios sociales se hicieron cargo de ella. Después de salir del centro de menores, conoció al que fue su marido y padre de su hijo.

En 'Mediodía COPE', María ha contado a Pilar García Muñiz cómo Cáritas comenzó a ayudarla hace diez años: "Salí de mi matrimonio y me quedé en la calle con mi niño". Después de aquello, la organización de la Iglesia les dio un primer hogar de acogida y una persona de referencia. "Fue una bendición", ha recordado María emocionada.

Tuvo trabajo en una compañía de envíos gracias a una Empresa de Trabajo Temporal hasta que fue despedida con la llegada del coronavirus. Por suerte, hace seis años que vive en un piso de un programa de vivienda de Cáritas: "Poder acceder a esta vivienda nos ha dado una estabilidad tanto a mi hijo como a mí. Él ha podido seguir en el mismo colegio en el que estaba, ha sacado buenas notas, y le ha venido muy bien", ha asegurado María.

Pilar García Muñiz también ha contado en 'Mediodía COPE' el caso de Maribel y Paolo, un matrimonio con cuatro hijos que vive cerca de Getafe (Madrid). Él trabaja de repartidor, pero ella hace ahora tres años que dejó su empleo de dependienta en una tienda.

Estuvieron muchos años pagando un alquiler de 750 euros al mes, pero haciendo números se dieron cuenta de que les salía más rentable comprar un piso y meterse en una hipoteca. Fue entonces cuando empezaron los problemas para esta familia: recurrieron a Cáritas para poder llegar a fin de mes, donde reciben una ayuda de 40 euros al mes para arroz, pasta, tomate, aceite y otros alimentos básicos.

Ahora, con la subida del recibo de la luz y el gas, se le han llegado a triplicar las facturas, motivo por el que han tenido que recortar de gastos como, por ejemplo, el abono transporte.