A la hora de conciliar vida laboral y familiar, cada vez es más frecuente que los niños se queden a comer en los comedores escolares. Es una comodidad para muchos padres, pero sobre todo es el lugar que garantiza un menú de calidad y lo más equilibrado posible para el desarrollo de los más pequeños. Además, es algo que favorece especialmente a los niños de familias vulenrables.
Frutas, verduras, legumbres, lacteos, pescados... Todos son alimentos fundamentales en la dieta mediterránea a la que tiene que aspirar un buen menú escolar. Pero ahora con los precios extraordinariamente disparados en todos estos productos, esto resulta más complicado. A principios de curso, en septiembre de 2022 la cesta de la compra ya había subido un 14,4%. Sin embargo, según el último IPC de febrero, ahora está casi al 17% más cara respecto a hace un año. Por ello, es lógico que exista cierta inquietud entre los padres y se pregunten si esta subida de precios afecta a la calidad de los menús de sus hijos.
Juan José, dueño de una empresa de cátering de 10 colegios de Madrid, avanza que "la subida está prevista para el año que viene, pero lo que queda de este curso no va haber, con lo cual, andamos muy ajustados de márgenes, casi rozando pérdidas". A pesar de estar en esta situación en la que solo cubre los costes, por el momento no se plantea cambiar los menús. "Para no sacrificar la calidad lo que hacemos es trabajar sin margen comercial. Tampoco estamos por subir el precio del menú, porque también las familias están muy apuradas".
La fruta y las legumbres han subido más de un 23%, los huevos mas de un 28%, o el pescado mas de un 18%. ¿Se puede mantener entonces la calidad en el menú escolar? Genaro Delgado, portavoz de la plataforma de comedores escolares públicos de calidad, apunta que el incrementos en los precios ya se está pudiendo ver reflejado en los menús de algunos colegios. "Empezamos ya el curso con cierta incertidumbre, pero a medida que han ido pasando los meses se ha ido convertiendo en realidad en el caso de muchos comedores donde se empieza a recortar de alguna forma, buscando productos alternativos y en algunos se llega incluso a evitar ciertos productos, como el aceite de oliva o los huevos". Para los padres empieza a ser una preocupación, especialmente en colegios donde no hay cocina y los productos vienen preparados de fuera. "No todas las empresas tienen las mismas prácticas", explica Delgado. "Hay algunas que tienen más conciencia social e intentan asumir los costes, pero hay otras con otros intereses y es normal que busquen la forma de recortar. La pena es que al final de esto estén niños que muchas veces no se quejan".
Aunque la situación que vivamos sea muy atípica y el crecimiento de los precios esté siendo tan exponencial, el presidente de CONCAPA, Pedro José Caballero, considera que los precios de los menús de lo que queda de este curso no se verán afectados. "Lo normal es que los contratos sean por curso escolar". Para que esto no llegue a más, aboga por que se tomen medidas para que de verdad llegue al consumidor y a las familias. "Lo que estamos viendo es que las medidas del Gobierno no se están transformando en esa rebaja de los productos básicos que necesitamos para la dieta mediterránea", expone Caballero.
Para Genaro Delgado, lo que hace falta es un trabajo constante para intentar paliar o incluso evitar situaciones como esta, y no medidas de última hora. "Es un aumento inesperado, pero en septiembre ya se oían tambores de cierta crisis, entonces yo creo que haría falta un poco de planificación y ver cómo hacemos cuando ocurren estas cosas para estar pendientes en el día a día. Si toca reajustar los precios en algún momento, pues tocará hacerlo, pero hay muchas medidas para garantizar que los más vulnerables puedan tener acceso", recordando en este sentido que la función de los comedores sociales es tan básica como, por ejemplo, la de la sanidad.
"Promovemos que la participación de las familias sea activa y se normalice un seguimiento del comedor", comenta el portavoz de la plataforma, que anima a que los comedores se abran para que los padres que puedan acudan a comprobar como funcionan y, por otro lado, se anime también a los pequeños a que den su opinión. Delgado defiende, además, "una implicación real de todos los equipos directivos para darle valor a lo que ocurre en la comida".
En esta concienciación de todos los protagonistas coincide el presidente de CONCAPA, que destaca que se trabaje con una actitud activa para en estos espacios los chicos puedan comer de manera saludable y "se pueda realizar esa labor social que también hacen los comedores".