El borrador de los presupuestos aprobado por el Gobierno de Sánchez para mandarlo a Bruselas tiene muchos inconvenientes. Tendrá el visto bueno de Brsuelas pero es incoveniente ese borrador. Es inconveniente hacer creer a la opinión publica que las pensiones pueden subir según el IPC sin poner en peligro el sistema. Es inconveniente, en un momento de incertidumbre económica, -el propio Gobierno ha rebajado a la baja la previsión de crecimiento para este año y el que viene- aumentar el gasto que no la inversión y subir impuestos. Pero el mayor inconconveniente es que un papel que da comienzo a una subasta. El mayor inconveniente es que este presupuesto esté sustentado en poco más de 80 diputados. Un ejemplo lo deja claro. El objetivo del déficit es del 1,8 por ciento, la previsión de Rajoy era el 1,3 por ciento. El Gobierno no tiene apoyos para aumentar el déficit. ERC ha reclamado a la fiscalía que rebaje la penas que reclama para los políticos presos para dar ese apoyo. El PDECAT y el PNV reclamarán lo suyo. Lo peor de este presupuesto es que da inicio a una subasta donde España es lo menos importante.