La historia real tras los cuadros que encandilaron a Kennedy y Warhol: lienzos de niños de enormes ojos firmados por una mujer que hicieron millonario a su marido

En 'La Noche de Adolfo Arjona' conocemos historias de mujeres que tuvieron el mérito, pero cuyo reconocimiento se atribuyeron hombres

Carmen Cerbán

Málaga - Publicado el

8 min lectura

Hoy, en pleno siglo XXI, resulta increíble que un hombre pretenda atribuirse el mérito del trabajo de una mujer, subestimándola por el simple hecho de ser mujer. Precisamente eso ha ocurrido durante siglos y hasta hace muy poco tiempo, en ámbitos, además, muy diversos. En 'La Noche de Adolfo Arjona' conocemos historias de mujeres que tuvieron el mérito, pero cuyo reconocimiento se atribuyeron hombres

 MARGARET KEANE  

Sitúate en Tennessee, en Estados Unidos. Allí, en su capital, la ciudad de Nashville, nacía en 1927 Margaret Doris Hawkins, a quien acabaríamos conociendo como Margaret Keane. Desde niña, su pasatiempo favorito fue pintar.

Tenía un don para los pinceles y, poco a poco, fue mejorando su técnica hasta que encontró la que sería su seña de identidad: pintar a niños de enormes ojos, a veces acompañados de perros, de gatos, de flores... pero siempre con un rasgo en común: todos transmitían tristeza y melancolía a quienes se detenían a contemplar aquellas obras.

Cuadros que Margaret firmaba como Keane, el apellido de su segundo esposo, quien durante años se atribuyó la autoría, el éxito y la fortuna que generaron los cuadros de una pintora a la sombra de aquel hombre.

Margaret Keane

En 'La Noche de Adolfo Arjona', la profesora de Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, Mercedes Cerón, relataba que Walter Keane “era muy persuasivo, se había dedicado a la venta inmobiliaria y su historia se prestaba muy bien, en los años sesenta, a la figura del genio masculino”. “Se dieron las circunstancias para que la gente creyera lo que quería creer... que él era el autor de aquellas obras”.

Margaret Keane descubrió que él se estaba atribuyendo la autoría de sus cuadros al comienzo de su matrimonio. “Ella le acompañó a un club en el que él hacía los tratos y vendía las pinturas; le pidió que se quedara sentada y alguien se le acercó para preguntarle si ella también pintaba, y así se dio cuenta de que su marido había estado pasando sus obras por obras propias”.

Al cabo de los años, una vez la pareja ya se había divorciado, Margaret denunció a su exmarido por difamación y el juez falló a favor de ella. El marido de Margaret Keane, quien durante años usurpó su identidad atribuyéndose la autoría de sus obras, falleció arruinado en el año 2000. Ella murió en 2022, a los 94 años; siguió pintando hasta el fin de sus días.

 LIZZIE MAGIE  

Este juego de mesa es una demostración práctica del actual sistema de concentración de tierras con todas sus consecuencias”. La frase la pronunció una mujer llamada Lizzie Magie en una entrevista que le realizaron en el año 1902.

El experto en marketing digital y profesor en EIG Businnes School, Pedro García Oliva, le cuenta a Adolfo Arjona, que Lizzie Magie fue “una mujer adelantada a su tiempo, polifacética, que era escritora, inventora, actriz, feminista...” y con una enorme conciencia social, inculcada por su padre.

A principios del siglo XX, creó 'El juego de los propietarios', que tenía un espíritu puramente pedagógico, en el que planteaba “cómo no se deben hacer las cosas”. “Ella plantea un juego cuyo principal objetivo es demostrar las maldades del sistema del monopolio”, añade el experto.

Era un juego muy similar al que hoy día existe del Monopoly, con un tablero en el que se representaban bienes raíces que la gente podía comprar y vender”, según García Oliva. “Lo que le diferencia es que había dos modalidades de juego, una monopolista y otra antimonopolista”, añade.

Ella llamó a la puerta de algunas jugueteras, no consiguió que se lo lanzasen, así que lo autopublicó, sin alcanzar el éxito masivo que hoy día tiene el Monopoly”. Aunque es evidente que la idea original del Monopoly se basa en este juego inventado por Lizzie Magie a principios del siglo XX.

Sin embargo,la teoría oficial sobre el origen de este juego de mesa es otra, entorno a un personaje llamado Charles Darrow. “En una ocasión le invitaron a una cena unos amigos que sí tenían ese juego [el original de Lizzie Magie], jugaron una partida y ahí él empezó a pensar que se podía adaptar y presentarlo a alguna juguetera para que se lo compraran”.

Es en este punto de la historia cuando entra en escena la juguetera estadounidense Parker Brothers, que a día de hoy forma parte de la empresa Hasbro que está detrás no solo del Monopoly, también del Trivial, el Cluedo o el Risk. En 1935, Parker Brothers compró a Charles Darrow (el de la copia) los derechos del Monopoly, lo que salvó de la quiebra a la empresa e hizo millonario a Darrow.

Lizzie Magie

La juguetera también compró a Lizzie Magie por 500 dólares los derechos del juego original, “no por justicia al haber sido ella la inventora, sino por blindarse ante posibles reclamaciones judiciales, porque ella había patentado el juego”.

Actualmente conocemos a todos los protagonistas de esta historia (a la inventora y al de la copia). Pero no siempre ha sido así: hasta la década de los sesenta no se supo que Lizzie Magie era la auténtica ideóloga del Monopoly. “De hecho, a ella le habían rechazado el juego muchas veces por verlo demasiado político”.

Otra persona entra en escena: Ralph Anspach, que inventa el Anti-Monopoly”, un juego ante el que la empresa Parker Brothers inicó una batalla legal contra este señor, que comenzó a investigar en profundidad para poder defender así la idea de poder él comercializar su juego”. Fue durante esa investigación cuando “descubre a esta mujer y todo lo que había hecho, así que se acabó sabiendo de rebote”.

 MAGGIE KNIGHT  

La siguiente historia que repasamos en este monográfico de 'La Noche de Adolfo Arjona' es la protagoniza Maggie Knight. Ella inventó una máquina para producir de forma rápida y barata, bolsas de papel, además, mucho más resistentes que las que existían hasta el momento. Y el hombre se llama Charles Annan. Que le copió la idea que intentó defender con el argumento de que una mujer no podía inventar algo tan sofisticado.

Margeret Ellen Knight es un personaje que nos sitúa en el siglo XIX (nació en el año 1938 en el estado de Maine. Siendo muy pequeña ya demostró que tenía una mente ingeniosa... y como prueba te diré que se fabricaba sus propios juguetes (cometas o trineos, por ejemplo).

Con solo diez años, tiene que dejar el colegio para trabajar junto a otros familiares en una fábrica textil. Y en aquella fábrica, creó su primer invento: un dispositivo de seguridad que detenía el telar de forma automática si algo se quedaba atrapado, después de que un compañero sufriera un accidente laboral del que fue testigo.

Tras la fábrica textil, el siguiente destino laboral de esta mujer fue una fábrica de bolsas de papel en Massachusetts, donde se fabricaban bolsas que eran como un enorme sobre; tenían un fondo plano que hacía que no fueran demasiado resistentes ni tuvieran demasiada capacidad.

El doctor en Física, divulgador científico, director de proyectos de la fundación Albireo Cultura Científica y autor del libro '100 inventos que han cambiado el mundo' (Editorial Pinolia), Miguel Ángel Sabadell, relata que Maggie mecanizó el proceso de creación de las bolsas, con una máquina hecha en madera.

Cuando fue a patentarla, le dijeron el prototipo que tenía que ser de hierro, así que se fue a Boston para que un taller se la fabricara en ese metal. Posteriormente, cuando fue a registrarlo, le rechazaron la patente porque en 1870 ya se había concedido una similar a Charles Annan, un operario que trabajaba en la fábrica de Boston donde la inventora mandó construir el prototipo. Ella inició un proceso para reclamar la autoría de la máquina y la patente, que finalmente le fue concedida.

 MABEL WALKER  

La siguiente historia que relatamos en este monográfico dedicado a mujeres cuyo éxito fue atribuido a hombres, es la de Mabel Walker. Eliot Ness no fue el responsable de la detención del mafioso Al Capone, sino que la clave para que acabara en prisión la tuvo esta mujer.

Harry Hollzer y Mabel Walker Willebrandt

Mabel Walker Willebrandt nació en Kansas en 1889. Empezó trabajando como profesora, un empleo que compaginaba con las clases nocturnas en la Universidad de California, donde estudiaba Derecho. Se licenció en 1916 y, entonces, comenzó a ejercer la abogacía.

Su carrera fue muy reconocida en muy poco tiempo. De hecho, solo cinco años después de licenciarse, a sus 32 años, fue nombrada fiscal general adjunta de los Estados Unidos. Nunca antes una mujer había ocupado ese cargo, por lo que su simple nombramiento (por parte del entonces presidente Warren Harding) se convirtió en un hecho histórico, que se produjo en un momento muy concreto de la historia del país: los años de la Ley Seca.

Una ley (en vigor trece años, de 1920 a 1933) que prohibió la destilación, venta y consumo de bebidas alcohólicas en todo Estados Unidos. En aquellos años, el crimen organizado vivió un auténtico boom, con infinidad de empresas vinculadas a la venta ilegal de alcohol.

Mabel Walker Willebrandt

La fiscal fue todo un personaje en su época, pero su figura apenas ha tenido trascendencia histórica, probablemente por el simple hecho de ser mujer. Un perfil que descubrimos con la ayuda del profesor de historia de la Universidad San Pablo CEU, Ricardo Ruiz de la Serna. “Fue considerada la mujer más poderosa de Estados Unidos en su momento”.

Aunque la historia haya atribuido a un hombre -al agente federal Eliot Ness y a sus famosos “intocables”- el mérito de capturar al mafioso Al Capone, lo cierto es que fue el trabajo previo de una mujer el que permitió crear la estrategia jurídica que permitió encarcelarlo.

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