Estamos en pleno mes de mayo, una época del año que coincide con el comienzo de la temporada de celebración de bodas. Su organización para los novios no es tarea sencilla: elección del sitio, catering, fotógrafo o vestido, aunque lo que no sabían la mayoría de ellos es que debían hacer una cosa más, guardar las facturas de todos los pagos que estén realizando a sus proveedores.

El motivo es bien sencillo, Hacienda quiere comprobar si los negocios relacionados con este tipo de eventos tributan por todos los trabajos que realizan y, si lo hacen, por la cantidad que indican al fisco. Por ese motivo, podrán pedir esas facturas para contrastar la información aportada por el proveedor y los novios. Ahora bien, la pareja de contrayentes puede estar tranquila. En caso de ser requerida, será en calidad de testigo, pero el fisco no tiene previsto actuar contra ellos.

Cuando se conoció la noticia cogió a muchos por sorpresa, pero el Sindicato de Inspectores de Hacienda ha confirmado que este control sobre las actividades del sector de las bodas no es algo nuevo, ya que se lleva realizando desde hace, aproximadamente, cuatro años. Los propios proveedores con los que ha hablado la Cadena COPE han asegurado que, desde hace tiempo, se ha intensificado esa labor de vigilancia sobre sus negocios y que por eso, ya no admiten los pagos sin IVA.

En el fondo, eliminar el pago de ese impuesto no es más que una práctica ilegal para reducir costes en los elevados gastos que puede llegar a conllevar una boda. En el pasado, se podía argumentar que sin facturas todos ganaban, el cliente porque lograba un precio más económico y la empresa, que no tenía que tributar por esa cuantía. Pero la presión ejercida por Hacienda está cambiando el escenario y ahora, lo que antes se podía considerar como una picaresca con la que ahorrarse unos euros, puede salir verdaderamente caro para los negocios.