¿Cómo ha cambiado el alumnado de hace 25 años en comparación a los de ahora?

Con la llegada de la tecnología se han ganado muchas cosas... pero también se han perdido otras, como las formas de tratar al profesorado.

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¿Cómo ha cambiado el alumnado de hace 25 años en comparación a los de ahora?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En la actualidad, uno de cada tres profesores, ha experimentado falta de ilusión, apatía o pérdida de interés en su profesión, y dos de cada cuatro, han padecido ansiedad y depresión en algún momento de su trayectoria dando clase. Lo afirma el informe 'El Profesorado en España' de la Fundación SM. Este estudio también muestra que cada vez hay más profesores que deciden distanciarse de sus alumnos. En concreto, dos de cada cinco docentes trabajan con indiferencia. Esto es casi 20 veces más que en 2007.

¿Las razones? Pues en muchos casos, la falta de respeto de algunos alumnos hacia ellos. Y es que el 30% de los profesores, confiesa que ser intimidado o insultado es su principal fuente de estrés. Son cifras preocupantes, y realmente tristes. El respeto por cualquier “superior” en cualquier ámbito de nuestra vida, debería ser algo innato en nosotros. Pero hoy, hemos decidido centrarnos en aquellos profesores que siguen viviendo con ilusión su profesión, y que no dejan que ciertos comportamientos afecten a su vocación.

Y por eso, hoy vamos a hacer una comparativa. Vamos a presentar a dos profesores de universidad. El primero de ellos es Enrique Aparicio, docente en la Universidad de Alicante, y enseña a otros profes a cómo dar clase en un máster en enseñanza secundaria.

Enrique está a punto de jubilarse, y en el punto totalmente contrario tenemos a Clara Calonge, que con 26 años, ya es profesora en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, y este ha sido su primer mes como docente.

Bueno, dos personas que comparten su vocación por la docencia, pero en momentos muy diferentes de su vida. La experiencia de Enrique, frente a la frescura de Clara. La primera diferencia que encontramos entre los alumnos que llegaban a clase hace unos 25 años, frente a los de ahora, es la tecnología, que para Enrique, es clave, porque dice que los alumnos en la actualidad, se encuentran menos perdidos cuando aterrizan en la facultad: “antiguamente venía el universitario con mas interés ... ahora como tienen todo en el móvil, creo que bajan la guardia”.

La tecnología les ayuda para sentirse menos perdidos nada más aterrizar en la universidad, pero, como nos indica Enrique, y nos confirma Clara, hace que se despisten más. Por eso Clara, se ha adelantado al problema. “Despistarnos con la tecnología es algo a lo que estamos sometidos en el siglo XXI”. Además admite que prohibe en sus clases los objetos tecnológicos que no sean para tomar apuntes o para una práctica.

Te recuerdo el dato que dice que que dice que el 40% de los profesores se están distanciando del alumnado debido en muchos casos a sus malos comportamientos. Pero Enrique, nos explica que por ejemplo, cuando él comenzó a estudiar en Madrid, los profesores por lo general se dedicaban tan solo a dar la clase, y que en muchas ocasiones, ni se sabían el nombre de los asistentes a clase. En la actualidad, sí que se tiene un trato más personalizado con cada alumno, que además, preguntan cuando no entienden algo. “A mi me gusta mucho empatizar con ellos... que se sientan libres de preguntar todo lo que quieran”. La relación que tiene Clara con sus alumnos, es de cercanía.

Es cierto, que en lo que sí que hay cierta diferencia entre antes y ahora, es en la educación y el respeto. Dice Enrique, que entre los alumnos, se nota mucho qué tipo de educación se les ha dado en casa, porque se refleja en el aula. Pero también se nota, el cambio de comportamiento de la sociedad en sí. Según palabras del profesor, “en términos generales ha habido bastante a mejor en el aspecto personal en el alumnado, y a peor en el aspecto de análisis, reflexión, preparación, esfuerzo, actitud...”.

Trato más personalizado con el alumno, siempre y cuando él se lo merezca, aunque a veces empiece a poner interés algo más tarde. Y por otra parte, profesores que se hacen respetar, pero que tratan de que los alumnos se encuentren cómodos para preguntar lo que necesiten, aunque tengan que repetirles la lección un par de veces. Y otra conclusión que podemos sacar: que la vocación es un elemento decisivo para enseñar a otros.

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