En el Campello (Alicante) este lunes el reloj se paró durante unos minutos. La historia que te queremos contar arrancó a las tres y media de la tarde y lo hizo con una llamada. El 112 recibía la siguiente alerta: un menor se encontraba en la cornisa de un quinto piso.  A partir de ahí la Guardia Civil empezó a moverse.

Los padres recibieron el aviso de que su hijo, de solo 13 años, no había ido a clase. La madre se acercó a todo correr a su casa. Al llegar al piso se dio cuenta de que el niño había preparado una barricada con muebles para evitar que sus padres entrasen en la casa. Había amontonado los muebles en la entrada y era muy complicado abrirla. Fue entonces cuando la madre, desesperada, decidió pedir ayuda. Llamó al 112, pidió ayuda a unos albañiles que trabajaban en la zona y también avisó a la Guardia Civil. Los albañiles fueron los encargados de abrir la puerta y los agentes hicieron el resto. Concretamente uno de ellos., se acercó hasta la ventana y comenzó a hablar con el niño para tranquilizarle. Poco a poco el adolescente comenzó a entrar en razón. Fue entonces cuando el guardia civil saltó a la cornisa para ayudarle a entrar de nuevo en su casa. Imagínate la situación. Un lugar en el que cualquier resbalón acaba con tu vida. Pero el agente no se lo pensó dos veces y saltó a por él. Fue así como consiguieron agarrarle y entrar de nuevo en la casa sin que el susto acabase en tragedia.

Qué valor, qué agallas las de nuestros agentes. Dispuestos a casi cualquier cosa para salvar una vida. En este caso, saltar a la cornisa de un quinto piso en la que estaba un niño de 13 años.