Pocas enfermedades resultan más duras que el alzhéimer, sobre todo en el factor psicológico. Este trastorno neurodegenerativo y crónico nos arrebata nuestros recuerdos, nuestra memoria, nuestra capacidad mental. Lo que más nos define como humanos. En el mundo hay 46 millones de personas con alzhéimer y 800.000 en España. Aún estamos lejos de tener una cura para la enfermedad, pero cada vez hay más herramientas para combatirla. Las últimas puede que te sorprenda: se trata de los videojuegos. “Hemos aprovechado que teníamos un grupo de participantes de un estudio que estaban jugando a estos juegos como parte de su entrenamiento cognitivo, para validar una nueva herramienta que se basa en seguir cómo cambia su rendimiento en los juegos para medir la cognición. Esto es algo que no se había hecho nunca”, explica la investigadora de este proyecto.

Videojuegos para controlar la evolución de alzhéimer

Natalia Soldevila es investigadora del programa de neurociencias en el Hospital del Mar en Barcelona y la primera firmante de este estudio. Su objetivo es detectar de forma temprana o controlar la evolución de los pacientes de alzhéimer y, de este modo, realizar tratamientos personalizados. Todo a través de videojuegos de memoria y atención. Videojuegos que también se han desarrollado en España: “Forman parte de una plataforma que se llama NeuronUP -una empresa de Logroño- que, nosotros como investigadores, había contratado esta plataforma como parte del tratamiento de un estudio que consistía en hacer entrenamiento cognitivo con estos juegos”.

El Instituto del Hospital del Mar decidió aprovechar estos videojuegos para su nuevo estudio y han participado 56 voluntarios a lo largo de seis meses: “Se ha utilizado una población que se encuentra en un estado cognitivo normal -persona de 60 a 80 años- pero que tienen más riesgo de desarrollar demencia que la población general porque tiene un gen que te predispone. Son buenos candidatos para estudios de prevención de alzhéimer”.

Este método podría servir como complementario a los que ya se usan actualmente. La mayoría son evaluaciones neuropsicológicas que consisten en pruebas teóricas. Estas también resultan efectivas, pero tienen un claro inconveniente: “Estos test tienen un efecto aprendizaje que impiden que estas evaluaciones se hagan de forma seguida, por lo que tenemos que esperar un mínimo de seis meses para que la evaluación sea fiable. Si le paso un mismo test a un sujeto, se va a acordar de cómo funciona y, seguramente, lo haga mejor”.

Un problema que desaparece con un seguimiento realizado con videojuegos: “La ventaja es que podemos tener una medida a nivel mensual, lo que permite monitorizar cómo evoluciona la cognición de estos individuos”. El estudio ha sido muy positivo y los videojuegos podrían ser una gran alternativa para ver como evoluciona la enfermedad.