Felipe Debasa, profesor de Historia: "La paz en Gaza es de cristal, pero en la Segunda Guerra Mundial también pasó. Francia y Alemania nunca han vuelto a entrar en guerra"

Tras dos años de guerra, un acuerdo impulsado por Donald Trump abre una ventana a la esperanza en la región, aunque el camino hacia una paz duradera sigue lleno de retos

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una reunión del gabinete en la Casa Blanca en Washington, DC, EE.UU.

José Manuel Nieto

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Después de dos años de guerra y más de 67.000 muertos, Israel y Hamás han aceptado la primera fase del plan de paz impulsado por Donald Trump. El pacto, de 20 puntos, representa el primer avance diplomático en un conflicto que ha dejado la Franja de Gaza devastada, pero que abre un nuevo capítulo para la esperanza. Así se ha analizado en 'La Linterna' de COPE, con Ángel Expósito, donde se han repasado las claves de un acuerdo que podría cambiar el rumbo de la región.

El personalismo de Trump

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David Alandete, corresponsal de COPE en Estados Unidos, ha explicado que el plan tiene el sello inconfundible del expresidente. "Este plan es de Donald Trump", ha señalado, explicando que el magnate destiló una propuesta inicial de Tony Blair en 20 puntos. Siguiendo la máxima de su libro 'El arte del trato', que es "pedir la luna para obtener algo más de lo que tenías", Trump ha ejercido una presión máxima para salirse con la suya, una estrategia que en Washington se interpreta como una adaptación de "sus dotes de negociador de la jungla de Nueva York".

El expresidente estadounidense se encuentra "pletórico, exultante", según Alandete, e incluso ha llegado a poner fecha a la liberación de los rehenes restantes: "Creemos que todos regresarán el lunes". El corresponsal también ha confirmado que se está preparando un viaje de Trump a Sharm el-Sheij y, con seguridad, a Israel, donde se dirigirá al Parlamento y se reunirá con víctimas. Aunque no firmará el acuerdo, busca "la puesta en escena, apuntarse el tanto", en un movimiento que muchos ven como un paso más hacia el Nobel de la Paz. Trump no se detiene aquí, ya que ha asegurado que su siguiente objetivo será la guerra de Ucrania.

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Un camión militar israelí que transporta vehículos blindados de transporte de personal sale de la Franja de Gaza tras el anuncio de Trump sobre el acuerdo entre Israel y Hamás.

Alegría contenida en Tel Aviv y Gaza

Mientras tanto, en la Franja de Gaza se respira optimismo. "Me siento muy feliz por la noticia de ayer de que las negociaciones fueron un éxito", ha declarado un ciudadano palestino a los medios. El corresponsal de COPE en la zona, Mikel Ayestarán, ha descrito desde Tel Aviv una "sensación de alegría" y "una ventanita para la esperanza", similar a la que se vivió en enero con otro intento de acuerdo. La noticia ha sido recibida con un estallido de júbilo en la Plaza de los Rehenes, donde las familias esperan el regreso de los 48 secuestrados que siguen en manos de Hamás.

Sin embargo, la esperanza es frágil. Ayestarán ha recordado que Gaza ha quedado "absolutamente devastada" como resultado de una "campaña de castigo en toda regla" por parte de Israel. Sobre la fiabilidad de las partes, el periodista ha mostrado sus dudas. "No confío mucho en la palabra de Netanyahu", ha afirmado, recordando que en marzo "decidió que no y empezó a bombardear". Del mismo modo, considera que Hamás no se desarmará, por lo que el cumplimiento del acuerdo dependerá de "las garantías internacionales y, sobre todo, de la presión de Trump".

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El humo se eleva tras los ataques aéreos israelíes en el barrio de Al Sheikh Redwan durante una operación militar israelí en la ciudad de Gaza, Franja de Gaza.

Una paz "de cristal"

El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Rey Juan Carlos, Felipe Debasa, ha calificado el momento en 'La Linterna' como una "paz de cristal". Aunque ha reconocido que la noticia es buena y da esperanza, ha subrayado la enorme complejidad geopolítica de la zona. "Es sí o sí indispensable intentar resolver esto", ha afirmado, debido a la importancia estratégica del Mediterráneo y el Canal de Suez. Sobre la reconstrucción, ha recordado que, aunque lenta y cara, es posible, como demuestra la historia: "Europa quedó en la Segunda Guerra Mundial asolada como un solar".

Para Debasa, el gran reto es doble. Por un lado, Gaza necesita "un proyecto político viable" más allá del cemento. Por otro, se debe abordar el "drama psicológico de la población". El profesor ha concluido con una nota de optimismo cauto, comparando la situación actual con el inicio de la Unión Europea tras la Segunda Guerra Mundial, que también fue visto como un pacto frágil. El objetivo ahora es lograr que esa "paz de cristal" siente las bases de un futuro estable, algo que podría incluir un alto el fuego permanente.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.