El titular de hoy es sencillamente memorable.

Sánchez planea ayudas fiscales para que las empresas vuelvan a Cataluña. La Patronal y la Generalitat presionan para que apruebe incentivos en favor de Barcelona.

Y una segunda noticia: El Govern reactiva su Ministerio de Exteriores.

Ya el colmo de la humillación es que les sigamos pagando la fiesta y encima paguemos a las empresas catalanas para que vuelvan a Cataluña mientras ellos continúan con la matraca del procès y, por supuesto, que les perdonemos la malversación y les sigamos pagando las embajaditas y compañía.

Todo sea por desempedrar, que diría Ábalos, los obstáculos del camino.

Que pensará un empresario extremeño o castellano leonés que quiera seguir en Palencia. ¿Y a mi? ¿Por qué no me bajan los impuestos por seguir teniendo la empresa en mi tierra? Es impresionante, ¿A donde llega la humillación? ¿A donde llega la desvergüenza? ¿A donde llega la capacidad de apretar a los que pagamos impuestos?

El procès es cinismo, pagar a las empresas y subvencionarlas para que vuelvan a Cataluña.

¿Y los demás, qué?

Sánchez y Ábalos le quitaron importancia al asunto

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró el lunes que el Ejecutivo está estudiando la decisión de la Generalitat de Cataluña de crear un fondo de ayuda a los líderes del procés para determinar si se ajusta a derecho o, en caso contrario, lo recurrirá.

Sánchez hizo esta consideración en una conferencia de prensa en Tallin junto a la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, tras la reunión que ambos mantuvieron.

Los periodistas plantearon al jefe del Ejecutivo si actuará después de que el Gobierno de la Generalitat crease un fondo con una dotación inicial de diez millones de euros para ayudar a los líderes del procés a los que el Tribunal de Cuentas reclama fianzas por valor de 5,4 millones de euros.