Patricia se toma dos semanas de vacaciones siendo autónoma y al volver la cuenta de la empresa refleja una realidad en España
Los autónomos de Andalucía o Canarias son los que menos vacaciones tendrán este verano en España, según explica Expósito en La Linterna
Una mujer de vacaciones en una villa en Ibiza
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Patricia, propietaria de una ferretería y una de las pocas autónomas que logran desconectar durante el verano, regresó hace unos días de sus vacaciones con una mezcla de alivio y preocupación. Tras dos semanas cerrando la persiana de su negocio, al revisar las cuentas confirmó lo que ya intuía: las facturas acumuladas y la drástica caída de ingresos pintaban un panorama desolador.
"Vuelves y ves que la cuenta ha bajado estrepitosamente. Ese mes no generaste ni la mitad", relata durante su intervención en La Linterna de COPE, donde analizaron la precariedad de los autónomos españoles, un tercio de los cuales no puede permitirse vacaciones.
Su testimonio, recogido por el programa dirigido por Ángel Expósito, ilustra una realidad extendida: para los autónomos, descansar implica asumir pérdidas económicas irreparables. Patricia, que lleva años gestionando su negocio, explicó con crudeza la paradoja: "Cierras la puerta, el cajón, y dejas de ingresar. Pero las facturas siguen llegando". Aunque planificó su ausencia, adelantando pedidos y comunicándola a clientes, la caída de ingresos fue inevitable. "Es necesario parar, pero ser autónomo y tener vacaciones supone no tener ingresos mientras los gastos continúan", insistió.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor
Vacaciones no remuneradas y deudas pendientes
A diferencia de los trabajadores por cuenta ajena, cuyas vacaciones son un derecho remunerado, los autónomos como Patricia no reciben salario durante sus días de descanso. Según datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), el 25% de estos profesionales no descansa ningún día al año, y el 50% no puede permitírselo económicamente. La encuesta de ATA revela además que el 12% lleva más de tres años sin cerrar por vacaciones, atrapados en una dinámica de supervivencia.
Patricia pertenece al 43.7% de autónomos que sí se toman vacaciones en verano, pero su caso destaca por la transparencia con que describe el coste emocional y financiero. "Al final, lo haces porque es necesario, pero el golpe es duro", admitió. Su ferretería, como la mayoría de pequeños negocios, opera con márgenes ajustados, donde cada euro cuenta. El programa de COPE subrayó que, incluso en sectores con menor estacionalidad, como el comercio, la presión fiscal y los gastos fijos —como la cuota de autónomos— ahogan la capacidad de ahorro.
Mujeres autónomas: más propensas a descansar
El análisis de La Linterna también destacó una brecha de género: casi el 48% de las autónomas planean vacaciones frente al 40.7% de los hombres, según ATA. Sin embargo, como señaló la periodista económica Pilar García de la Granja, "ellas suelen elegir épocas de baja actividad, priorizando el negocio sobre su propio bienestar". Patricia, por ejemplo, dividió sus dos semanas en periodos no consecutivos para mitigar el impacto.
Pilar García de la Granja
Esta estrategia, común entre autónomos, refleja una adaptación forzada a un sistema que no protege su derecho al descanso. Iván Alonso, analista del programa, recordó que, mientras el 62.7% de los autónomos descansa "en algún momento del año", solo un 11.6% lo hace sin remordimientos 8. La culpa por perder clientes o el miedo a no recuperar el ritmo son factores recurrentes, como admitió Patricia: "Cuando vuelves, notas que algunos clientes se han ido a la competencia".
Un problema estructural: legislación y falta de apoyo
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García de la Granja añadió otro dato alarmante: el 80% de las leyes aprobadas en el Congreso afectan directamente a los autónomos, ya sea mediante impuestos, burocracia o regulaciones 1. "Están siendo el objetivo abatido del Gobierno", denunció. Patricia coincidió: "Cada vez hay más trámites y menos margen para respirar".
Aunque existen medidas como las "vacaciones fiscales", 30 días sin notificaciones de Hacienda para quienes activan la DEHú, su alcance es limitado. "No resuelven el problema de fondo: que descansar sea un lujo", criticó Lorenzo Amor, presidente de ATA, en La Linterna 4. Para Patricia, la solución pasaría por incentivos fiscales temporales o ayudas directas durante los periodos de cierre, pero hoy por hoy, eso es una utopía.
En cualquier caso, la historia de Patricia resume la contradicción de un colectivo que sostiene el 20% del PIB español pero vive al borde del colapso. Sus dos semanas de vacaciones, lejos de ser un respiro, dejaron al descubierto la fragilidad de un modelo que penaliza el descanso. Como concluyó Expósito: "Hablamos de macroeconomía, pero esta es la economía real: gente que trabaja sin red".