Nacho Deán en 'Herrera en COPE': “Me sentaba mal tener que dejar de caminar”
El explorador malagueño ha sido la primera persona en dar la vuelta al mundo caminando

Nacho Deán en 'Herrera en COPE: “Me sentaba mal tener que dejar de caminar”
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En tres años, ha atravesado 4 continentes, 31 países, ha recorrido 33.000 km y ha gastado 12 pares de zapatillas. Durante el camino presenció un atentado terrorista en Bangladesh, escuchó dingos aullando alrededor de su tienda de campaña en Australia, le intentaron asaltar con machetes miembros de las maras en El Salvador y le asaltaron en Lima. Estuvo frente a un rinoceronte en las junglas de Nepal, contrajo la fiebre chikungunya en México, probó la ayahuasca en Perú, en la frontera entre Armenia e Irán le acusaron de espía…Un viaje lleno de aventuras, pero, ¿Cómo se llega a dar la vuelta al mundo andando?: “Había hecho muchas rutas a pie como el Camino de Santiago y el desierto de Sahara, me gusta mucho caminar. Siempre, después de cada ruta regresaba a casa y un día pensé, ¿Y si no vuelvo? ¿Por qué no dar la vuelta al mundo caminando?. Lo que más me costó fue dejar todo atrás para ponerme en marcha”.
Más de mil días durmiendo a la intemperie. Pero Nacho asegura que para él, dormir fuera fue fantástico: “Se duerme de maravilla, sobretodo si estás en un entorno seguro, rodeado de naturaleza y acampado bajo millones de estrellas”. Para andar durante tres años, es necesario estar concienciado y preparado. Hay que hacer un mínimo de kilómetros diarios. El explorador lo tenía muy claro y comenzaba desde la salida del sol: “Cada día tiene su noche. Te levantas al amanecer y comienzas a caminar hasta que anochece. Después de caminar 50 kilómetros al día, tienes que dormir donde te toque. He dormido en desiertos, junglas, montañas, … hay lugares muy peligrosos ya sea por la naturaleza, los animales o la misma delincuencia”. Deán compara la naturaleza con la naturaleza humana: “En la naturaleza ya sabes lo que hay, lo ves. La naturaleza humana es capaz de lo mejor y lo peor. La inmensa mayoría de las personas merecen la pena, pero también he comprobado el lado malo de la humanidad. Cuando he estado más cerca de la muerte, siempre ha sido por circunstancias humanas”.
Lo complicado puede parecer caminar todo el día sin parar, pero realmente, hablar con gente con la que no sabes nada sobre su idioma, puede suponer un problema. Sin embargo, Nacho lo solucionó bastante bien: “Yo hablo varios idiomas, inglés, francés, … lo que se habla solo en sitios turísticos. En los sitios en los que he estado, no te queda más remedio que hablar por mímica, haciendo un dibujo en el suelo con un palo o con papel y boli. Al final aprendes en cada sitio algunas palabras básicas como gracias o agua”. Lo más emocionante: “Cuando no sabes hablar un idioma, te fijas en todo. Te fijas en los gestos, en las caras y aprendes mucho más. De este modo sabes si estas en un entorno seguro o por el contrario, en un entorno más peligroso”. “Es difícil llegar a los sitios, pero más difícil es marcharte”.