"Mientras miramos a Torre Pacheco no se habla de lo de Santos Cerdán, ni de lo de Ábalos"

El periodista desgrana las principales noticias de este jueves 17 de julio

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Muy buenos días. Te saluda Antonio Herraiz. Desde las 6 te venimos acompañando en 'Herrera en COPE' en este 17 de julio. Pocos cambios en el tiempo. 12 comunidades con avisos por altas temperaturas y máximas que van a superar los 40 grados en buena parte de la mitad sur.

El jueves nos trae una gran noticia. En medio de la tensión de estos días en Torre Pacheco, Pedro Sánchez ha encontrado la solución al desafío de la inmigración. Es algo así como el bálsamo de Fierabrás, el remedio mágico parodiado por Cervantes en el Quijote. 

Este ungüento lo curaba todo. Como Sánchez. Aunque sea un problema complejo, con múltiples aristas, nuestro presidente tiene una receta infalible. La inmigración tiene que ser segura y ordenada. Y nosotros sin enterarnos. Para decir esto se fue ayer con siete ministros a Mauritania.

No sé cómo no lo han visto antes los mandatarios de otros países donde la presión migratoria es elevada. No sé cómo los sociólogos más reputados no han dado con la fórmula. Suponemos que es fruto de muchos años de profundo estudio. Tantos que es lo mismo que nos contó hace un año. Y también en África. 

Un año después, en España la inmigración no es ni ordenada, ni regular ni tampoco segura, ni siquiera para los migrantes que se juegan la vida en el mer.

Por eso, casi un año después, ayer el presidente volvió a Mauritania. A repetir lo mismo. Con idénticos argumentos.

Este viaje no tiene nada que ver con lo que viene pasando en Torre Pacheco desde la semana pasada, porque estos encuentros bilaterales entre dos países llevan meses de preparación. Pedro Sánchez, que es el maestro de la estrategia, lo ha tratado de aprovechar. Por eso se ha rodeado de hasta siete ministros.

¿Por qué este país? ¿Por qué repite en Mauritania? Solo el año pasado, desde allí partieron en dirección a las costas españolas 25.000 personas para entrar de forma irregular en España. Según el informe de Seguridad Nacional, es el país africano desde donde más migrantes salieron para llegar a nuestro país. La mayoría son malienses, y también hay senegaleses, guineanos o gambianos. La guerra o la hambruna les lleva a buscar un lugar mejor. Tú y yo haríamos lo mismo.

Pero ahí entran en juego las mafias, que se aprovechan de esa situación, y de la falta de control en nuestras fronteras. Hacen negocio con la desesperación de la mayor parte de estos jóvenes, a los que se suman también los que aprovechan los agujeros de la política migratoria de España, hasta convertirnos en un destino prioritario, aunque eso suponga jugarse la vida en el mar, hasta el punto de perderla. 

Incluso cuando ya están a punto de llegar a puerto, como la tragedia de la isla de El Hierro, donde a finales de mayo murieron 7 personas al volcar el cayuco cuando estaban desembarcando en el puerto de La Restinga.

Si lo comparamos con 2024, en lo que llevamos de año, se han incrementado las llegadas a Baleares, y a Melilla, aunque han bajado de forma considerable en Canarias y también en el conjunto de España.

Esto tiene una explicación. 2024 marcó un hito en la historia migratoria española: 64.000 personas llegaron por vía marítima, la cifra más alta registrada desde que existen datos oficiales. Supuso casi un 13% más que en 2023, que soportó también una alta presión migratoria.

Este es el contexto en el que Pedro Sánchez ha vuelto a Mauritania. ¿Para qué? Para repetir lo mismo que dijo hace justo un año.

Nada del refuerzo de control de fronteras; mucho menos actuar con contundencia contra los que cometan delitos graves, porque ese mensaje se lo dejamos a la derecha y a la ultraderecha; ni siquiera anunciar el compromiso de una lucha sin cuartel contra las mafias y contra los que trafican con personas.

Y nada de fijarse en Portugal, que ahí gobierna Luis Montenegro, que es conservador. En Portugal han decidido endurecer su política migratoria con más expulsiones de ilegales. También han aprobado crear una unidad policial especial contra la inmigración ilegal, además de limitar el acceso a permisos de trabajo a empleos con alta cualificación. 

Esto último no deja de entrañar sus riesgos, sobre todo porque en España buena parte de la migración trabaja en sectores para los que no se requiere esa alta cualificación.

Sánchez se ha quedado en el mensaje más simplista que podía contar, lo que no deja de ratificar que su política migratoria es un fracaso. Sobre todo porque lo que pontifica, no lo lleva a la práctica. No hay ningún tipo de orden. 

O sí, solo cuando se trata de repartir los menores migrantes no acompañados que llegan a Canarias, colapsando los servicios sociales del archipiélago. ¿Cómo han decidido ordenar su reparto? Primero excluyen del reparto a Cataluña, por la presión de Junts y del fugado Puigdemont. Hoy, por cierto, las comunidades gobernadas por el PP no van a acudir a la conferencia sectorial para tratar la reubicación de unos 3000 menores que se encuentran hacinados en Canarias. Y lo hacen en protesta por lo que consideran un reparto forzoso, que vulnera el principio de igualdad territorial.

Esto no sólo lo defienden las del PP. También el Gobierno de Castilla-La Mancha de Emiliano García Page ha recurrido el decreto.

En el PP proponen un cambio radical en la política migratoria y en las últimas semanas, estamos comprobando que el discurso de Feijoo se endurece. Promete un férreo blindaje de las fronteras y respuesta contundente a los delitos.

No conviene minimizar, u omitir, lo que está pasando en Murcia, o en Alcalá de Henares, con la violación de una joven por un maliense del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación o ahora en Las Palmas, donde la policía está en alerta ante posibles altercados después de que un joven marroquí, que llegó en patera hace un mes y se fugó antes de ser expulsado, hasta quemado a una menor de 17 años. La ha rociado con combustible y la ha prendido fuego. Tiene el 95% de su cuerpo quemado. 

Claro que no son situaciones generalizadas. Pero si queremos combatir el racismo y la xenofobia, hay que actuar con rigor.

Mientras miramos a Torre Pacheco no se habla de la mujer o lo de su hermano"

Antonio Herráiz

En todo caso, que el foco se centre en la inmigración no deja de ser un balón de oxígeno para Pedro Sánchez. Mientras miramos a Torre Pacheco no se habla de lo de Santos Cerdán, ni de lo de Ábalos, ni de lo de su mujer o lo de su hermano. Tampoco de la amnistía, y del revés de la Comisión Europea en el Tribunal de Justicia de la Unión. O de los privilegios fiscales a Cataluña.

Por cierto. Al quinto día, reapareció. A la ministra de Hacienda no la vemos en un acto público desde el fin de semana, que es cuando se suele enfundar la camiseta mitinera como candidata del PSOE a la Junta de Andalucía. Sabe en la voladura de la caja común está jugando un papelón y por eso se ha apartado. A ver cómo les explica a los suyos que van a permitir a Cataluña, una de las regiones más prósperas, recaudar todos sus impuestos y que ya veremos con cuánto colabora después. Eso es el cupo, un sistema que permite que la recaudación de impuestos se quede donde se recaudan.

A si les cuenta a los andaluces que van a ser uno de los grandes perjudicados con la fractura económica y social que va a abrir el concierto catalán. Porque las advertencias de lo que va a pasar no sólo vienen de la derecha.

Se lo advierten también los inspectores de Hacienda, que algo saben de esto. Y le mandan un recado.

María Jesús Montero tiene una oportunidad de responderles hoy. Después de cinco días desaparecida, reaparece en unos cursos de verano de la universidad.

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