Esta mañana se va a reunir el primer Consejo de Ministros tras la remodelación y los cambios anunciados por Pedro Sánchez.

Ayer, los nuevos ministros juraron o prometieron sus cargos ante el Rey en Zarzuela. Y luego, se produjo el intercambio de carteras. Esto es lo que más morbo tiene porque aquí coinciden los ministros entrantes y los salientes y, a veces, las caras son todo un poema o se lanzan mensajes que pueden tener más de una lectura, algún reproche, alguna alusión velada.

La verdad que la profunda e inesperada remodelación de Sánchez ha dejado una herida abierta en muchos de los ministros que han sido cesados y que hasta el sábado no supieron que estaban nominados para salir de Moncloa.

No lo supo ni el fiel escudero de Sánchez, José Luis Ábalos que trabajó con el presidente para llevar a cabo la remodelación pero que no sabía que él también estaba incluido en la lista de salientes. Es decir, colaboró sin saberlo en su propia salida. Imagínense el cuerpo que se le tuvo que quedar cuando se enteró de la noticia.

Tampoco se imaginaba que pudiera salir del gobierno el ministro de Justicia, Juan Carlos Campos, que pasará a la historia como el ministro que tramitó los indultos. Es una de las medidas más polémicas de la legislatura que se echó a la espalda, pero que ya ven que no le ha servido de aval para continuar en el ministerio.