"El homenaje a las víctimas de la dana habría sido más sentido si se hubiera limitado a recordar a los que ya no están"

Es el análisis que realiza Carlos Herrera este jueves 30 de octubre

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Los aniversarios de desgracias que dejan una herida en memoria colectiva suelen ser de difícil digestión en España. O no se les da la importancia debida o, si se la damos, es porque a veces alguien tiene un especial interés en usarlo en beneficio propio. En el acto de Valencia sobrevoló el imprescindible respeto a la familia de las víctimas, pero con la tensión política que lo ensucia todo.

Lo mejor fue la presencia de los reyes, su cercanía con los afectados, pero podría decir lo único, porque todo lo demás fue prescindible o mejorable. El Rey, como hace siempre, llamó a la unidad y a la cooperación institucional, y supo mostrar cariño y cercanía a los afectados, pero esas palabras resbalaban ante un auditorio corroído por la ira.

El objetivo del acto de ayer era honrar a los muertos, pero el resultado fue una especie de juicio a Carlos Mazón.

Las miradas no estaban donde tenían que estar y las alertas no habían funcionado, pero es excesivo el linchamiento público al que está siendo sometido.

El homenaje habría sido más sentido si se hubiera limitado a recordar a los que ya no están. Pero se ha utilizado el duelo para un objetivo político, ha vuelto la costumbre de utilizar las tragedias como carnaza política.

Casi siempre lo hace la izquierda, empezó con el Prestige, siguió con el 11M, ahora se ve en Valencia con la Dana y lo intentan en Andalucía o en Madrid. Es sencillamente asqueroso, porque ni siquiera podemos llorar juntos a los muertos, a pesar del papel siempre impecable de los reyes.

Sánchez vuelve al Senado

Pedro Sánchez vuelve al Senado después de casi 20 meses de ausencia, sorteando el control parlamentario de la cámara alta. No ha podido sortear la petición de comparecencia ante la comisión que investiga las irregularidades y casos de corrupción del PSOE.

En Moncloa se ha montado todo un dispositivo especial para hacer frente a esa comparecencia, con ensayo incluido. Son tantos los escándalos que rodean a Sánchez que lo difícil es centrar el tiro: los negocios de su esposa, el rescate de Plus Ultra o las actividades delictivas de Ábalos y Santo Cerdán, que son un auténtico pozo negro.

La contabilidad del PSOE

Cada informe de la UCO es un nuevo susto. Ayer comparecieron ante el Supremo el antiguo gerente del PSOE, Mariano Moreno, y una empleada para explicar cómo funcionaba la administración del partido, donde el control sobre los gastos brillaba por su ausencia.

Cualquiera que presentara una colección de tickets de comidas podía conseguir que le reembolsaran el dinero, independientemente de si se hubieran celebrado o no. Tampoco consiguieron explicar al juez la razón por la que se sacaba dinero del banco hasta 1 millón de euros para pagar en efectivo.

En el mejor de los casos, la contabilidad del PSOE era un cachondeo. Hasta el punto de que quien repartía el dinero era Koldo, que nunca tuvo ningún cargo orgánico. Todo es demasiado raro y demasiado chapucero y está por ver si el juez llega a la conclusión de que hay que investigar si ha habido financiación ilegal del PSOE.

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