Mari Carmen: "Me quería morir porque, limpiando la recepción de un hospital, cogí un micrófono para abrillantarlo y, sin querer, le di a un botón y saltó la megafonía a toda pastilla"
El testimonio de una oyente de 'Herrera en COPE' se suma al de otros 'fósforos' que han contado sus meteduras de pata más memorables
Publicado el
3 min lectura
En el programa Herrera en COPE, Alberto Herrera ha abierto los micrófonos en la sección 'La Hora de los Fósforos' para que los oyentes compartan sus meteduras de pata más sonadas. Entre las historias, ha destacado la de Mari Carmen, una oyente que ha relatado una experiencia inolvidable mientras trabajaba como limpiadora en un hospital.
La protagonista trabajaba en la limpieza de un hospital pequeño en Benalmádena y, mientras se encontraba en la zona de urgencias, se dispuso a limpiar un aparato con un micrófono. "Estaba allí, pues, quitando mis cosas, limpiando con mis bayetas, y había un cacharro con un micrófono, y yo lo cogí para limpiarlo", ha explicado.
En su afán por "medio sacar brillo a aquello", Mari Carmen ha contado que pulsó un botón sin querer. Para su sorpresa, una potente megafonía comenzó a sonar: "Megafonía, código 1, código 1", un aviso que provocó que todos los médicos abandonaran sus consultas para acudir a un pequeño quirófano, esperando una emergencia que nunca existió.
Al llegar, los sanitarios se encontraron únicamente con la limpiadora, que sostenía el aparato en sus manos. "Claro, no había enfermos, no había nadie. En ese momento, de verdad, te lo juro, me quería morir, con mi bayeta cogida, así, como si la bayeta fuese a salvarme", ha confesado Mari Carmen.
De campanas a centros de datos
La anécdota de Mari Carmen no ha sido la única. María José, otra oyente, ha compartido cómo hizo sonar las campanas de la ermita de su pueblo por error al intentar encender la luz para unos amigos. Por su parte, Francis ha confesado un error de juventud cuando, trabajando en una productora, enchufó un foco defectuoso en el data center de un gran banco español y provocó un apagón.
Creo que dejé a media España incomunicada, sin cajeros, sin las oficinas caídas"
Fósforo
Las historias han abarcado también viajes al extranjero y presentaciones familiares. David ha recordado cómo, en una ruta en caravana por Francia, vació por accidente el depósito de aguas residuales junto a una familia belga que estaba en el campo, mientras que Daniel ha contado cómo los nervios le jugaron una mala pasada el día que conoció a sus suegros y se estampó contra una cristalera en un restaurante.
Fotografía recurso de una caravana
De las meteduras de pata a los recuerdos insólitos
Pero las anécdotas de 'La Hora de los Fósforos' van más allá de los errores memorables. El programa también servía, hace un tiempo, como escaparate para descubrir cuáles eran los objetos más extraños que los oyentes guardan en casa.
El espacio recopiló testimonios que van desde recuerdos de juventud hasta valiosas reliquias personales, demostrando que cualquier objeto puede tener una gran historia detrás.
El relato más destacado fue el de Inma, una albaceteña residente en Cantabria, quien confesó poseer un objeto completamente inusual: un adoquín.
Durante una celebración con su asociación de 'amigos del Quijote' en Albacete, y tras una noche de fiesta, se topó con una calle en obras. 'Como estaban asfaltando la calle, me llevé a mi casa un adoquín, enorme', explicó. El objeto la acompañó durante años e incluso se lo llevó consigo cuando se mudó, ante la mirada atónita de su madre.
Adoquín fotografía de recurso
A esta historia se suman otros recuerdos de juventud igualmente llamativos. Dani, por ejemplo, contó cómo tenía un cono de tráfico en su piso de estudiante que adornaban como si fuera un árbol de Navidad. Por su parte, Rafael narró cómo, en sus años trabajando en la noche, sustrajo las sirenas de un coche patrulla para animar las fiestas en su casa, convirtiendo un acto de vandalismo en una anécdota para el recuerdo.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.