"Me cobraron": Un hombre llama a la radio para contar la que ha liado en la habitación de un hotel
Los oyentes de Carlos Herrera cuentan historias que muchas veces son difíciles de creer, como la de Pablo, quien arruinó su viaje a un pequeño pueblo italiano
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Los fósforos de Herrera en COPE tienen historias que a veces son difíciles de creer. Este es el caso de Pablo, quien ha llamado a la radio para explicar la que lio en su estancia en un hotel italiano. No te pierdas el testimonio que ha causado risas entre los colaboradores de Carlos Herrera. Escúchalo aquí:
En un pueblo italiano, al pie de las montañas
Pablo ha llamado a la radio para contar una anécdota que le ocurrió nada más casarse. Hace ya algunos años. "Me casé en el 69 y me fui a Positano, un pueblecito precioso al lado de Nápoles", un pequeño pueblo por el que "no pasan los coches, está al borde de la playa. Es un sitio muy romántico", ha querido destacar sobre su viaje.
En concreto, Pablo ha contado, tal y como se puede escuchar en el audio anterior que en aquel viaje se hospedó "en el Palazzo Murat, me acuerdo del nombre, que era un antiguo palacio del XVIII". Tras relatar algunas de las bondades de su residencia temporal nada más casarse, ha querido entrar en materia y explicar qué es lo que ocurrió en su habitación y por lo que le llegaron a cobrar:
"Total, que llego a la habitación, me pongo a hacer el pino en la cama, me caigo y rompo una lamparita de mi mesita de noche del siglo XVIII hecha con cristal de Murano y toda de piedrecitas de colores. Caput la mesita de noche", apunta un Pablo que ha dejado boquiabiertos a Alberto Herrera y el resto de colaboradores del programa que en ese momento le estaban escuchando con atención.
¿Cuánto cuesta una lámpara del siglo XVIII?
Alberto Herrera, tratando de controlar la risa, le quiso lanzar una pregunta directa a Pablo: "Lo primero de todo, Pablo, ¿qué ímpetu tuvo para ponerse a hacer el pino en la cama? ¿Por qué?", algo que todos los oyentes se podrían estar preguntando en ese momento. Y es que lo que nadie podía esperar es la profesión de este fósforo que se acababa de cargar una lámpara muy valiosa.
Pablo confesó que el gesto realizado en la cama tenía un motivo claro: "Pues yo he sido de circo, he actuado en varios circos. Hacía magia y acrobacias y cosas de esas y soy un farandulero", se ha querido justificar provocando una ola de comprensión entre quienes le escuchaban. Alberto Herrera, quien no podía dar crédito a la insólita historia, ha querido preguntar de nuevo: "Me muero imaginándole haciendo el pino y rompiendo una lámpara del siglo XVIII, ¿cuánto costaba la lámpara?".
Ante esta cuestión, Pablo ha tratado de recordar el precio exacto: "Viene la factura y me cobraron 12 mil liras, no me acuerdo cuánto sería entonces la lira, pues eso, 12 mil pesetas", asegura que costó reparar el lío generado en la habitación de aquel hotel en el que se hospedó en Italia nada más casarse.
Unos amigos cogen una avioneta para comerse una paella en Valencia
Como decimos, las historias de los fósforos de Herrera en COPE son increíbles. Además de la de Pablo el funambulista que se cargó una lámpara en su hotel napolitano, hemos podido conocer la de un curioso grupo de amigos y sus pretensiones con la paella.
Imagine ir con un grupo de amigos a comer un buen arroz. Bien sea a modo de paella, un arroz negro, con su sepia y un poquito de alioli, o como a usted le guste más. Pero ahora imagine ir con su grupo de amigos montado en una avioneta y que, tras la comilona, es usted el que tiene que conducir. Esto es lo que le pasó a José, un fósforo de Herrera en COPE que ha contado su peculiar historia en el siguiente audio:
Cuando te da reflujo volando a miles de metros en el aire
Tal y como se puede escuchar en el audio anterior, en la hora de los fósforos de este miércoles, se le preguntó a todos los oyentes por lugares curiosos donde se habían quedado dormidos. Nadie podía imaginar que José, oyente acérrimo de Carlos Herrera, sería uno de los que contaría una de las historias más extrañas de las que se han podido escuchar últimamente en el programa.
Y es que José, "con 29 años" se hizo piloto privado. En su llamada ha querido aclarar parte de su historia, al menos la parte que podía revelar al resto de oyentes: "No voy a decir detalles de cómo y dónde, pero salimos en dirección a Valencia, pasamos a Castellón y nos fuimos a comer un arroz", un buen plan de domingo que, si uno tiene una avioneta a mano y un buen amigo que sepa pilotarla, puede ser más provechoso que si se hace cogiendo el coche.
El caso es que, una vez llenados los estómagos con el arroz en cuestión, José tenía una misión: "A la vuelta me tocaba a mí traerla [la avioneta]. Llevamos el GPS colocado en lo que llamamos los cuernos, que es el mando con el que se dirige la avioneta", ha querido detallar sobre la situación en la que se encontraban
Llegados a este punto, hágase las siguientes preguntas: ¿cómo se encuentra usted cuando coge el coche después de una buena comida entre amigos? ¿A media tarde no le da un poquito de sueño? Lo recomendable suele ser parar en algún lado de la carretera y tomarse un café o una bebida energética, parar a fin de cuentas, para evitar la somnolencia en la carretera. Ahora bien, ¿qué haces si estás pilotando una avioneta? ¿Dónde te tomas un café?
Cuando el sol ilumina en pleno vuelo
Pues en estas estaba el pobre José, con sus amigos sin darse cuenta de su estado: "Y con el ronroneo, el sol de frente, las gafas de sol...", se justifica. "Total, que me iba quedando dormido", admite. "Normalmente, cuando pilotas un avión lo equilibras muy bien, lo estabilizas con los compensadores, con lo tanto el avión, prácticamente vuela solo. Como si llevara un piloto automático, aunque este modelo no llevaba piloto automático", explica quien lleva años con licencia de piloto privado.
En ese momento, con los ojos de nuestro oyente cerrándose como persianas asegura lo siguiente: "Y total, que estos iban hablando conmigo, como si yo estuviera... y yo agarrado a los mandos y de repente dice uno: ¿Verdad, José que...? ¡Pero si va dormido el hijo de p*ta!", fue lo que llegó a exclamar uno de los acompañantes.
Para su justificación plena, José ha querido calmar a los colaboradores de Herrera en COPE, explicando las diferencias entre el manejo de un coche y el de una avioneta: "Y claro, en realidad tú puedes estar... no es como en un coche, que si te quedas dormido en una fracción de segundo te pegas el castañazo, ahí puedes estar 15, 20, 30 segundos y no pasa nada", ha terminado por explicar, para el 'alivio', por decirlo de alguna forma de quienes le estaban escuchando.