Ana Velasco, historiadora: “Bécquer nunca fue famoso, dos años antes de morir todas sus rimas las queman los revolucionarios de la Gloriosa y las rehizo de memoria”
La experta en Historia del Arte explica en 'Herrera en COPE' la cara menos conocida de uno de nuestros autores más reconocidos a lo largo de los siglos
Ana Velasco
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“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú”. Solo con esta frase podemos reconocer perfectamente a su autor y, dicho sea de paso, emocionarnos. Porque pocos han sabido captar bien el amor y el sentimiento en una rima.
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Sabes, por supuesto, que se trata de Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y escritor sevillano, que dominó el movimiento postromántico en España y que a día de hoy es recordado por sus Rimas y Leyendas y sus relatos cortos.
El poeta, que nació en Sevilla y murió en Madrid, y que es uno de los autores más reconocidos de nuestro país, nunca se enteró de que era famoso. Y es que el reconocimiento le llegó cuando él ya estaba muerto. Hay muchas caras del autor que no conocemos y que nos ayudan a desgranar Fernando Trías de Bes y Ana Velasco, historiadora.
Un hombre que nunca fue famoso
Todos podríamos recitar de memoria algún verso escrito por Bécquer y, sin embargo, en la época en la que vivió pocos podrían hacer ese ejercicio. Y es que el poeta nunca supo que lo que escribía gustaba.
“Bécquer nunca fue famoso. La gente no reconocía a Bécquer ni mucho menos. De hecho, él siempre tuvo problemas económicos, fue parte de estas cosas del siglo XIX, que era el ser cesante, que era que cuando estaban los tuyos en la política, pues te enchufaban y cuando no, pues ibas a tu casa con una mano delante y otra detrás” confesaba Ana Velasco.
“A Bécquer se le criticó muchas veces que cobrase dinero público y él trabajó en diferentes cargos. De hecho, como le interesaba tanto el arte, hizo un libro que era sobre los templos de España y fue inspector de antigüedades, que era un cargo que también tuvieron otros escritores de la época” decía la historiadora.
Y es que su vida se basó en hacer diferentes trabajos, y entre ellos, el de ser periodista. Es aquí donde entró en juego la influencia de sus amigos, que hicieron una “campaña de marketing” para convertirlo en un icono popular.
Así lo refería Fernando Trías de Bes: “Recordaréis la imagen del billete de 100 pesetas, la el famoso retrato de Bécquer mirando así. Ese retrato con 18 años se lo hace su hermano Valeriano, y entonces ahí se construye un personaje y queda en el imaginario popular durante mucho tiempo pues el el poeta entregado solo exclusivamente al arte” decía.
Bécquer
Cuando llegó su muerte, Bécquer no sabía que sus obras trascenderían en el tiempo. Por cierto, que murió muy joven, con 34 años, y no se sabe con exactitud de qué.
“ Bécquer pilla una pulmonía en diciembre, en Madrid, él siempre tuvo la salud muy frágil. Hay dos versiones. Todo apunta, por cómo evolucionó la enfermedad, a una sífilis” decía Fernando Tías de Bes, algo que refrendaba Ana Velasco.
“Es muy curioso porque su mujer es hija de un médico que es experto en lesiones de sífilis y también de la piel y del pelo, que era lo que llevaban antes los médicos, porque sabes que la sífilis es una enfermedad que te deja marcas terribles en la piel. Otra teoría es la parte de la tuberculosis, que en el año que muere Bécquer hay una ola de frío tremenda en Europa que produce grandes problemas a la gente de enfermedades pulmonares y también del hígado y demás, que es una de las causas de que se atribuyen a la muerte” decía la historiadora.
La quema de sus obras
Aunque para nosotros Bécquer es uno de los autores más importantes de nuestra literatura, él no siempre estuvo seguro de lo que hacía, pese a ser un auténtico portento de las letras.
Y es que, como explicaba Ana Velasco, el poeta llegó a quemar sus propias obras al estar desencantado con lo que había escrito. “Él en el colegio también escribía rimas y escribía obras un poco locas. Incluso se representaban porque contaba con el apoyo de los del colegio. Quemó también todas sus obras porque estaba un poco desencantado de ellas y de hecho lo cuenta él que eran espantosas y y una se llamaba El Bujarrón en el desierto” decía la historiadora.
Eso de quemar las obras no sería extraño porque, solo dos años antes de morir, se quemaron todas sus rimas y lo que había hecho hasta el momento. Sin embargo, a día de hoy las tenemos porque tenía una memoria prodigiosa y las rehizo.
'Rimas' de Bécquer en el barrio de las Letras de Madrid
“Dos años antes de morir, todas sus rimas se queman se queman en casa de González Bravo, primer ministro de Isabel I. Es el fundador de la Guardia Civil. Le encantaba la poesía. Había dicho a Bécquer que iba a publicar sus rimas y se quemaron cuando la famosa revolución, la Gloriosa, sale disparado para París con todo gobierno y los revolucionarios entran, queman la casa y Bécquer no tiene copia. Dos años antes de morir Becker no tenía ni un poema y lo rehizo todos de memoria” sentenciaba.