Un hospital de Zaragoza empieza a usar IA por primera vez en España y llega a una conclusión sorprendente: los diagnósticos del futuro se harán por imágenes

Sandra García, especialista digestivo del Hospital Clínico Lozano Blesa, nos explica su funcionamiento tras un mes de actividad

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La inteligencia artificial en los hospitales en Fin de Semana

César Bernal

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El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza se ha convertido en pionero dentro del sistema sanitario público, al haber implantado recientemente Salud GPT, el primer sistema de inteligencia artificial corporativo diseñado específicamente para hospitales públicos en España. Esta herramienta, incorporada a la historia clínica electrónica, permite a los médicos consultar diagnósticos diferenciales en cuestión de segundos, agilizando tanto la atención inmediata en urgencias como el seguimiento de enfermedades raras cuya detección suele demorarse.

Sandra García, especialista en digestivo del hospital, se pasa por Fin de Semana, para analizar la llegada de un sistema que ya ha supuesto una novedad importante para los profesionales: “Todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero ya es un apoyo muy importante en nuestro día a día”, señala.

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Enfermera revisando equipo en la habitación de un paciente anciano

Un copiloto en la consulta

Salud GPT funciona como un complemento para los médicos. Al introducir los síntomas y datos clínicos de un paciente, la inteligencia artificial procesa la información y ofrece una lista de posibles diagnósticos, incluidos aquellos menos frecuentes que podrían pasarse por alto en una primera valoración. Según explica Sandra, este aspecto resulta fundamental en las consultas de urgencias o guardias, donde a menudo los síntomas no encajan en las patologías más comunes: “Nos abre la puerta a diagnósticos más raros que quizás tardaríamos semanas en considerar”, afirmaba, recalcando la importancia de poder invertir más tiempo en tareas más demandadas.

La especialista destaca que esta medida no solo permite avanzar en la investigación clínica, sino que también otorga un valor añadido crucial: el tiempo. Cuando se trata de enfermedades graves, cada minuto cuenta, y es clave disponer de todas las opciones sobre la mesa antes de activar los protocolos necesarios.

No todo son ventajas

Las grandes fortalezas de este innovador sistema son: la velocidad, la ampliación de posibilidades diagnósticas y su capacidad de aprendizaje gracias al análisis de grandes volúmenes de datos médicos, los cuáles una persona tardaría días en procesar. Sin embargo, García advierte de la importancia de no delegar completamente en la máquina: “La inteligencia artificial debe ser un copiloto, nunca un sustituto. La última palabra siempre debe tenerla el médico, porque hay circunstancias de cada paciente que la IA no conoce ni puede valorar por sí misma”.

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En definitiva, el especialista siempre tiene que cuestionar la información sugerida y contrastar con la experiencia médica, evitando caer en una confianza excesiva: “Lo peligroso sería apoyarse en el primer diagnóstico que arroje el sistema y seguirlo al pie de la letra sin pasar por el filtro humano y clínico”, afirma la experta.

El diagnóstico por imagen: el futuro

Ahora bien, ¿cómo funcionarán los hospitales en el futuro? La implantación de la inteligencia artificial, será especialmente revolucionaria en todas aquellas especialidades basadas en imágenes, como la radiología, anatomía patológica o endoscopia: “El análisis automático de millas de imágenes nos permitirá ahorrar tiempo en informes repetitivos y concentrarnos en lo esencial: el análisis crítico y la atención al paciente”, explica.

Por otro lado, la introducción de Salud GPT no solo busca agilizar el trabajo médico, sino también liberar a los profesionales de tareas repetitivas para recuperar un espacio cada vez más demandado: la atención humana al paciente. Esta tecnología puede hacer las consultas más cálidas y cercanas, permitiendo al médico mirar al paciente a los ojos en lugar de quedarse atado a la pantalla.

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