La EMA, la agencia europea del medicamento, ha dado luz verde a que se pueda administrar la vacuna de Pfizer a los adolescentes entre 12 y 15 años. Una noticia que el Director Clínico de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol, Carlos Rodrigo, considera muy positiva: “En caso de que convenga poner las vacunas a los niños, es fantástico disponer de ellas. A partir de los 12 años hay problemas derivados de la covid que sí son importantes”.

Rodrigo ha recordado que la vacunación ha supuesto un antes y un después en la lucha contra el virus: “Los beneficios de las vacunas superan amplísimamente los riesgos, que son muy superiores en el covid”.

Y ha criticado las decisiones erráticas de gobiernos como el español, que disminuyen la confianza de la ciudadanía en las vacunas: “Los gobiernos han ido en contra de las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento, que es lo peor que puede haber para la confianza. Las vacunas no tienen efectos a largo plazo”.

El pediatra ha recordado que aunque los síntomas en menores son menores y la mortalidad es casi nula, también tienen problemas derivados de la enfermedad: "Lo que más estamos viendo en adolescentes es covid persistente. Chicos de diez-doce años que tienen dolores de cabeza, que no pueden hacer ejercicio físico, que no pueden escolarizarse, y llevan así meses o incluso un año. Es verdad que la mortalidad es bajísima, pero se están disparando los suicidios o la anorexia en adolescentes”.

La inmunidad de grupo, casi imposible

El doctor Rodrigo ha quitado importancia a la famosa inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño, que considera muy difícil de alcanzar: “Yo no pondría mucho énfasis en la inmunidad de grupo, porque nos falta medio mundo por vacunar y además también la pueden tener los animales, como gatos y perros. Con lo cual, vacunando a los humanos no vamos a poder evitar que surjan variantes”.