¿Y cuando se apaguen las llamas, qué? El psicólogo Pedro Martínez explica cómo es el duelo en tragedias como los incendios que arrasan España

Personas que han perdido sus casas y han visto cómo las llamas se han llevado consigo toda su vida. Y lo preocupante no solo es ahora, sino el después. ¿Cómo se afronta un duelo de estas características?

Patricia Blázquez Serna

Publicado el - Actualizado

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Tres personas han fallecido, miles se han visto obligadas a abandonar sus casas y casi 120.000 hectáreas han sido arrasadas a causa de las llamas. A día de hoy, todavía hay 19 incendios activos, algunos de ellos descontrolados, que avanzan sin control a causa de las altas temperaturas y las rachas de viento que complican las labores de extinción.

Personas que han perdido sus casas y han visto cómo las llamas se han llevado consigo toda su vida. Y lo preocupante no solo es ahora, sino el después. ¿Qué pasará después? Porque ese es un duelo complicado de afrontar. 

Pedro Martínez es psicólogo especialista en trauma y en 'Fin de Semana' ha apuntado que en esta primera etapa, las víctimas se encuentran en la fase del duelo. "Estamos en una etapa de negación", ha admitido. De hecho, ha hecho alusión a algunas entrevistas en las que se veía cierta tranquilidad a la hora de afrontar la situación, pero nada más lejos de la realidad. "Lo que ahora mismo se da en todos es la negación, la sensación de que no está pasando y no puede ser verdad", ha dicho.

Una sensación, que a su vez, se junta con la ira. "De que no tenemos cobertura, de que vamos a perder todo... entonces se dan esos dos tipos de sensaciones y de emociones, que es lo que estamos viendo últimamente".

Ha destacado la importancia de los psicólogos de emergencias. Ahora bien, no solo en esta primera fase de negación, sino en el momento que el fuego se apague. "Entonces empezará una etapa que suele ser muy característica en el duelo, que es la negociación", ha explicado. 

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Vecinos y bomberos intentan aplacar el fuego que afecta a la aldea de Lamas (Cualedro), en Ourense.

"La sensación de qué es lo que podía haber hecho antes para intentar conservar mi situación actual. Cosas tan sumamente estúpidas como pedir préstamos anteriormente, tener una cobertura económica. Todo esto va a generar la sensación de negación. Y también de ira y, por lo tanto, la siguiente fase que es la de negociación", ha explicado el psicólogo. 

EL DUELO, ALGO MUY PERSONAL

En los últimos años, en España hemos sido testigos de grandes catástrofes: desde la pandemia, hasta la DANA. Ahora también, estos incendios. La exposición a desastres así puede llegar a provocar en algunas personas estrés agudo, ansiedad o incluso depresión, por no hablar de ese estrés postraumático. Ahora bien, no todo el mundo lo vive de manera similar, de ahí la importancia del acompañamiento psicológico.

"A veces no se habla claramente de lo que hace un psicólogo de emergencias. Se tiene la sensación de que exclusivamente va a consolar a la persona. Y el psicólogo lo que hace es acompañar, no consolar. El psicólogo lo que hace es intentar analizar y evaluar el estado emocional de las personas para que se hagan el mínimo daño posible, tanto físico como psicológico. Y está ahí escuchando de una forma fría, porque él tiene que tener este tipo de comportamiento, y es muy importante que la persona que está percibiendo esa situación, que está pasando por ella, hable, exprese. Es necesario y no se le da la suficiente importancia muchas veces", ha apostillado Martínez. 

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Vecinos con cisternas en el lugar de un incendio en Agolada, Pontevedra

En cualquier caso, y si bien no todas las personas viven estas situaciones de la misma manera, tampoco las relaciones son las mismas. 

"Lo normal en estos momentos es lo que se ha visto. Lo que se ha visto es que más allá de la propia vida, lo que se quiere es conservar, lo que se puede estar percibiendo que se va a perder, que es algo material, algo que es toda una vida. Y eso es lo que impera en esos momentos en la cabeza de estas personas, más allá del riesgo que pueden tener, que ahí están las fuerzas de seguridad, que son los que tienen que velar por esa integridad física y es el papel que cumplen", ha explicado Martínez.

Una contradicción que, al final, hace que estas personas puedan entrar en un estado de ira, enfrentamientos, impotencia o incluso en un estado de defensa. Algo que, ha agregado, "tiene que ser controlado". 

Finalmente, se ha referido a esa sensación de soledad y abandono que sienten muchos de los afectados por las llamas. "Tenemos antecedentes de que aparentemente hay mucha ayuda, pero después no", ha subrayado. Por lo tanto, de ahí viene esa sensación de que los afectados sienten que ni les atienden, ni les van a atender. "Eso hace que se genere mucho más esa impotencia e ira contra las autoridades", ha afirmado.