"Están pensando más en pagar al acreedor que en las condiciones de vida de la gente": La deuda asfixia a los países en vías de desarrollo
Mariluz Ortega Carpio, profesora de la Universidad Loyola de Sevilla, explica en 'Fin de Semana' el planteamiento de las organizaciones eclesiales para condonar la deuda de los países con menos recursos
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El mundo está poblado por unas 8.000 millones de personas, de las cuales casi la mitad, unas 3.300 millones, no tienen acceso a atención médica, a alimentos suficientes, a educación o a un empleo.
Una de las principales causas es la crisis de la deuda, y es que los países en desarrollo tienen que pagar los intereses con tasas de interés hasta doce veces superiores a los de naciones ricas.
No pueden hacelo y, a fuerza de pagar, dejan de invertir en bienes y servicios para los ciudadanos de sus países. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Del 30 de junio al 3 julio, se celebra en Sevilla la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo de la ONU. Aprovechando esta cumbre, las organizaciones católicas reclaman la condonación de la deuda de estos países en vías de desarrollo.
En 'Fin de Semana', la profesora de Organizaciones Económicas Internacionales en la Universidad Loyola de Sevilla, Mariluz Ortega Carpio, ha señalado que estos países están lastrados por “unas instituciones débiles y un sistema fiscal poco desarrollado”, de manera que los escasos recursos de los que disponen están destinados a “pagar los intereses de la deuda”, generándose una “bola de nieve”.
"Los gobiernos están pensando más en pagar al acreedor que en las condiciones de vida de la gente"
Ortega Carpio ha explicado que muchos gobiernos, con numerosos casos de corrupción en algunos casos, heredaron esta deuda, de la que la profesora de la Universidad Loyola de Sevilla es responsable en parte las instituciones financieras, que actúan como 'espada de Damocles' para estos estados débiles asediados por la deuda.
“A la hora de condonar o reestructurar la deuda están pensando más en pagar al acreedor que en las condiciones de vida en la que se encuentra la gente. Reestructurar la deuda tiene que ser para que beneficie a las poblaciones que viven en países empobrecidos, y no a la gente que no está ni siquiera allí”, ha expuesto Mariluz Ortega.
la hoja de ruta del vaticano para avanzar en estrategias que ayuden a países asxifiados por la deuda
Cuestionada por el informe vaticano que dibuja una hoja de ruta para avanzar en la condonación de la deuda, la docente universitaria ha precisado que se trata de un plan que “aborda la crisis de la deuda” y pone el foco en “la construcción de una economía global sostenible centrada en la persona”.
En este sentido, asevera que el informe del Vaticano se centra en mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, con algunas medidas específicas como “que los fondos que reciban estos países de ayuda al desarrollo sea superior a lo que tenga que devolver para que salga de la situación en la que está”, “hacer una inversión orientada al desarrollo sostenible y justo, más que buscando la rentabilidad a corto plazo”.
“es posible cancelar las deudas, pero hace falta voluntad para hacerlo”
En el Jubileo del año 2000, se cancelaron cien mil millones de deuda internacional. La pregunta es... ¿sirvió de algo? Para Mariluz Ortega permitió tomar conciencia de que “es posible cancelar las deudas y encontrar mecanismos, pero hace falta voluntad para hacerlo”.
En cualquier caso, la profesora de Loyola apunta que no todo queda en la condonación de la deuda, sino que es necesario “acompañar a los estados, generar instituciones económicas y ge una política fiscal en estos países que sea justa”, así como evitar que “los grandes capitales se vayan y no paguen impuestos, porque sino no se genera riqueza”.