"Apellidarse Médici es una carga: no te puedes considerar una persona normal aunque lo quieras"
El último descendiente de una de las dinastías europeas más importantes, Lorenzo de Médici, publica un libro contando la historia de su familia y nos lo cuenta en Fin de Semana

Lorenzo de Medici
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Seguramente cuando el invitado de Fin de Semana se presenta y dice su nombre, más de uno pensará que se trata de una broma. Y no es para menos. Es verdad que los que tienen apellidos diferentes han aprendido a la fuerza a convivir con los gestos de extrañeza o con las repreguntas.
Pero no es lo mismo un apellido distinto, raro, a cargar con el apellido de una de las familias europeas más importantes de la historia. Una familia cuyo olfato y cuya labor ha definido, seguramente, el curso de la historia de Europa. Y, ¿por qué no? Del mundo.
Lorenzo De Medici es el último descendiente vivo, junto con su hermano, de la saga de mecenas, banqueros y gobernadores que cambiaron la historia del arte. Sin ellos, la ciudad de Florencia no sería lo que es hoy. Hablar de los De Médici es hablar de Boticcelli. Miguel Ángel. Donatello. Da Vinci. Galileo Galilei. Es el nombre ligado al Renacimiento.
16 generaciones separan al invitado de Fin de Semana de Lorenzo 'El Magnífico', el político, humanista y filósofo que vivió en el siglo XV. Ahora su descendiente directo, Lorenzo De Medici, vuelve a las librerías con una actualización de una obra que sigue fascinando: 'Los Medici, mi familia': "Apellidarse Medici es una carga porque no puedes considerarte una persona normal... aunque lo quieras. De adolescente me daba vergüenza que la gente me señalara con el dedo y, para pasar desapercibido, me ponía el nombre de mi madre".
El peso de la historia recae sobre este apellido. Tanto es así que, cuando Lorenzo era niño, en clase los profesores se referían a él como 'señor de Medici' y no por su nombre de pila, como al resto de sus compañeros: "Me sorprende cuando llego a Japón, al aeropuerto, y me dicen... ¡Ah, Florencia, Los Médici! Dices... ¡Hasta aquí me conocen!".
Lo importante cuando desciendes de un linaje como el de los Medici, recalcaba, "es no defraudar. Estar a la altura del apellido y si la gente espera más... es lo que hay. Pero es importante no ensuciar el apellido".
Para hacernos una idea del imperio que generó la familia Medici, una cifra: en un momento dado poseían más de 300 empresas comerciales, una de las cuales, solo en el sector textil, empleaba a más de 10.000 personas.
Galileo Galilei dedicó a los Medici las estrellas que descubrió, los satélites de Júpiter, llamados 'estrellas Mediceas' como agradecimiento hacia Cosimo II, gran Duque de la Toscana. Lorenzo de Médici y su hermano son los últimos de esta estirpe ya que ninguno ha tenido hijos: "Nos hemos acostumbrado a la idea. Creo en el destino. No han venido... pues no han venido. Así tiene que ser".