El mundo del ajedrez está bastante revuelto. La nueva normativa para ir al baño ha soliviantado a los ajedrecistas. ¿Qué les pasa?
 
La Olimpiada de ajedrez reúne en la capital de Azerbaiyán a 2.500 jugadores -hombres y mujeres- de 180 países. El caso es que para que la competición sea más limpia se han establecido una serie de normas. La más polémica de esas reglas es que los jugadores informen al árbitro cada vez que quieran ir al baño.

Con esto pretenden evitar que los jugadores puedan hacer uso del móvil y buscar ayuda para ganar su partida. Los jugadores consideran que la regla es absurda y humillante y, además, puede constituir una ventaja para los adversarios de jugadores nerviosos, de edad avanzada o enfermos que tienen una mayor necesidad de ir al baño.

Los ajedrecistas afirman que debido al estrés provocado por el ajedrez, muchos jugadores van al baño repetidamente durante sus partidas y entienden que esto, de ninguna manera implica que estén haciendo trampa.

Federico Marín Bellón es el autor del blog sobre ajedrez, Jugar con cabeza que se publica en ABC y que nos explica a qué responde esa prohibición