La policía británica habría indentificado a los autores del envenenamiento al exespía Skripal y su hija el pasado 4 de marzo en Salisbury. Se tratarían, según ha avanzado la agencia Press Association, citando fuentes cercanas a la investigación, de un número inconcreto de ciudadanos de nacionalidad rusa. Más de cuatro meses después a este nuevo hallazgo habría ayudado la reciente investigación criminal abierta por intoxicación de la ciudadana británica de 44 años Dawn Sturgess, que falleció tras haber entrado en contacto, junto a su pareja Charlie Rowley de 45 y que se encuentra fuera de peligro, con un artículo contaminado por este agente nervioso. Todo apunta a que ambos recogieron de un parque un frasco de colonia que contenía altas dosis del novichok. 

Tras haber revisado más de 5.000 horas de grabaciones, este suceso ha servido aparentemente a los investigadores para aportar nuevas pistas al caso. Estos, cotejando las cámaras que se sitúan en las afueras del parque donde esta pareja recogió ese objeto y comparándolas con la lista de personas que habrían llegado o salido del país, habrían dado con los sospechosos del ataque a Skripal, cuyo número de personas no ha sido revelado.

La policía no ha confirmado estas informaciones y asegura que no hará comentarios al respecto. Ni afirman ni desmienten las autoridades, aunque a través de Twitter, el secretario de estado de seguridad, Ben Wallace, si aseguraba que se trata solamente de “especulaciones”. Las autoridades llevan varios meses tras la pista de estos presuntos atacantes y el incidente hace 3 semanas en el que se vio involucrada esta pareja ha reactivado los temores de que el novichok pueda seguir estando presente en las calles británicas.

La policía continua con los servicios de limpieza especiales en zonas por las que transitó tanto el exespía y su hija como con los dos últimos envenenados por este agente nervioso. Precisamente, el albergue donde vivía la mujer fallecida, fue evacuado y en él se incautaron hasta 400 objetos que de una u otra forma podrían haber estado contaminados. A parte de esto, diversas zonas de las localidades de Salisbury y Amesbury siguen acordonadas y forman parte de la inmensa investigación que los más de 100 inspectores llevan a cabo para delimitar y detener a estos sospechosos.

Mientras, las autoridades rusas siguen negando estar detrás del envenenamiento a un Skripal que sigue desaparecido, oculto por los servicios de inteligencia británicos junto a su hija Yulia. Ambos consiguieron curarse del veneno y fueron trasladados a lugares que no han sido revelados.