Édith Piaf fue única e irrepetible y su historia, conmovedora y delirante. Su voz se convirtió en arte y legado para la memoria musical del mundo. Hablamos de toda una leyenda que nació en los suburbios, creció en la desventura, padeció el amor y la droga, la guerra y la enfermedad y terminó seduciendo a generaciones enteras de amantes de la música. Ahora, el musical “Piaf, voz y delirio”, interpretado por Mariaca Semprún, recuerda la leyenda universal Edith Piaf en el Teatro Figaro de Madrid.

"La preparación para encarnarme en Édith Piaf lleva más tiempo que la duración del show. Este 'ritual' empieza por el maquillaje, la peluca, la microfonía que va dentro de las pelucas, el calentamiento del cuerpo y la voz, la prueba de sonido... Ya solo el maquillaje me lleva una hora", ha asegurado la actriz este sábado en el programa 'Fin de semana' de Cristina López Schlichting. 

Mariaca es, sin duda, una de las artistas más integrales y versátiles de su generación. Ha cosechado una importante experiencia en el mundo de la música y de la actuación, logrando tener un perfil profesional excepcional al mostrar ambos talentos. Aferrada a una formación rigurosa, su trayectoria ha recorrido los pasillos de la ópera, los musicales, el teatro, el cine y la televisión, ámbitos donde ha logrado protagonizar películas, conquistar premios, nominaciones en concursos internacionales y figuraciones de primer orden. Ha participado en los musicales : “Vivo”, “La Lupe, la Reina del Desamor”, “La Novicia Rebelde”, “Aire” o “El Violinista Sobre el Tejado”, así como en los montajes: “El Libro de la Salsa”, “El Des-Concierto”, “El Club de los Porfiaos”, “La Casa Grande”, “Se Busca un País” y en tributos a Simón Díaz, Aldemaro Romero, Joan Manuel Serrat, Yordano y Gualberto Ibarreto.

Sin duda, interpretar a la diva francesa ha sido todo un reto para ella. "Yo incluso no hablo francés. Con un 'coach' fui aprendiendo, sobre todo la soronidad. Sobre todo, la erre gutural. Ha sido un proceso muy largo de estudio desde el punto de vista musical", asegura Mariaca. La actriz hasta pone una vela blanca antes de cada función para invocar a la artista. "Quiero decirle que es un trabajo hecho desde el respeto. La obra es un humilde tributo y si ella quiere transmitir enérgicamente algo en el escenario, puede hacerlo", dice con una sonrisa. 

Para Mariaca, Édith Piaf tenía una manera muy particular de cantar las notas largas. "Era como un tobogán. Esa forma de aprender algunas palabras suyas. Era muy expresiva, como una narradora musical. Ella vivía el contenido de las letras", asegura. Su canción favorita es, tal vez, una de las más desconocidas de la diva francesa: "Mon dieu". "Es muy intensa, muy dramática", asegura. 

¿Qué marcó más el carácter de Piaf? Ella lo tiene claro: "El gran amor de su vida. Tras pasear por varios hombres, se enamoró frenéticamente del boxeador Marcel Cerdan. Él estaba casado y por eso fueron amantes. Ella soñó con casarse con él. Pero una de esas tantas veces que él iba a Nueva York a verla, su avión se estrelló y murió. Ella le pidió que fuera en avión y no en barco para verlo antes y se sintió culpable de lo ocurrido. Ahí comenzó el declive de su vida". 

La actriz venezolana también ha comentado a Cristina López Schlichting la actual situación de su país: "Este musical nació para llevar la contraria a todo lo que está pasando en Venezuela. Es música en mitad del caos y la guerra. Como hizo Édith Piaf. Fue el mayor paralelismo que encontré. La situación en Venezuela ahora es terrible. Necesitamos ayuda internacional. Hay gente que está muriendo de hambre, por falta de medicinas, inseguridad en las calles...", se ha lamentado.