Es una de las ciudades desconocidas que tiene Madrid. Por sus más de 940.000 metros cuadrados de superficie pasaron el pasado año unos 53 millones de personas. Allí no falta ni un detalle. Hay tiendas, supermercados, restaurantes incluso una capilla para poder rezar. Hablamos del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, el primero en nuestro país y uno de los más transitados a nivel mundial.

Es también considerado como uno de los lugares más seguros gracias a la gran colaboración y coordinación que existe entre Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y vigilantes privados de AENA, la empresa que gestiona todo el aeropuerto. Representantes de todos estos cuerpos se encuentran en el Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA) o también conocido como “el cerebro de Barajas”. Funciona las 24 horas del día y tiene más de 5.000 cámaras que vigilan todos los rincones del aeropuerto para ocuparse de cualquier incidencia, desde una puerta atascada hasta un avión que pueda tener problemas para aterrizar.

Por Barajas pasan cada día 160.000 personas de cualquier nacionalidad lo que le convierte en la mayor frontera de España. Por ello tiene la mayor comisaría de la Policía Nacional de nuestro país en la que trabajan más de 900 efectivos apoyados constantemente por unidades de intervención policial, de unidades caninas y de los TEDAX que contribuyen a que todo funcione con normalidad.

La Cadena COPE ha podido ver cómo trabajan algunas de estas unidades. El comisario jefe del puesto fronterizo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Jesús María Gómez Martín, comenta a COPE que todo este trabajo se recoge en tres ramas: Unidad de fronteras, totalmente determinada por la normativa europea Schengen, Policía judicial y seguridad ciudadana.

Esta frontera es una de las más inteligentes que existen. En sus terminales, siempre supervisadas por los agentes, encontramos las máquinas ABC (Automatic Border Control) en las que un pasajero podría cruzar la frontera en apenas 20 segundos utilizando un mecanismo de comprobación biométrico que identifica su cara y su huella dactilar. En este proceso también es importante las entrevistas, que se hacen de manera aleatoria, para comprobar si los papeles de los pasajeros se encuentran todos en regla.

Otro de los retos que tienen estos agentes en la frontera es el control de sustancias estupefacientes. El responsable de la unidad que trabaja realizando esta función asegura a COPE que España ha dejado de ser la puerta de entrada a Europa de la droga pero que a pesar de ello el volumen de tráfico sigue siendo muy elevado. En lo que va de año se ha incautado un total de 300 kilos de cocaína y otros 100 de heroína. Pegadas al cuerpo, ingeridas, introducidas en las maletas de niños o incluso en implantes mamarios son algunas de las formas que utilizan los llamados “muleros”para introducir las cápsulas de droga.

Orgulloso del trabajo que se realiza en el aeropuerto, el comisario jefe del puesto fronterizo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Jesús María Gómez Martín, cuenta a COPE que el nivel de seguridad es muy elevado. “Al día hay una media de 2,4 hurtos en las cuatro terminales, una cantidad ínfima” nos comenta. Un aeropuerto que ha sido calificado como uno de los más seguros a nivel mundial y que hace de esta ciudad aeroportuaria un ejemplo.