La sorpresa llega nada más aterrizar desde Madrid a tierras cordobesas. José Joaquín nos llama para decirnos que está llegando a La Vega con un camión repleto de vacas que llevan grabado a fuego el hierro de Saltillo. El círculo se cierra y el ganadero no puede disimular su alegría. Apenas un mes desde que José Joaquín Moreno de Silva adquiriese a sus primos los Moreno de la Cova las vacas del histórico hierro y los derechos de este, el día ha llegado y La Vega acoge ya a todas las reses. Solo unas cuantas han partido rumbo a Molino Chirrión en busca de su empadre. Aquí, en La Vega, las más veteranas serán echadas al semental estrella de José Joaquín para comprobar sus productos. Las más jovencitas, las eralas, serán tentadas para testar su nivel de bravura. Una vez desembarcado todo el ganado, es turno de ver y repasar la camada preparada con el distintivo de Moreno de Silva, cuatreños, utreros y los últimos toros de Alonso Moreno, de origen Urcola, un encaste que tocan a su fin. “Ley de vida...”, dice el ganadero. Después, partimos hasta Molino Chirrión, la otra finca que posee José Joaquín en plena Sierra Norte de Sevilla y donde pastan la mayoría de hembras de la ganadería. Un auténtico paraíso natural entre encinas y alcornoques. Ya por la tarde, de vuelta en La Vega, hablamos más reposadamente con el ganadero. Lo primero, hacer balance de una jornada que el propio Moreno de Silva califica de “histórica”, y argumenta: “Han vuelto las vacas de Saltillo tras salir de La Vega hace 50 años, cuando murió mi abuelo y mi tío Félix se llevó parte de las vacas de aquí. Es un sueño hecho realidad porque no pensaba que pudiese volver a tener el histórico hierro de Saltillo en mis manos”. José Joaquín se lamenta del maltrato que sufren hierros como el suyo por parte de sistema: “Se tienen que dar cuentas los toreros y las empresas que este en un encaste de gestos, y tendrán que mentalizarse que hay que dar mayor variedad de encastes a los festejos taurinos”. Hablando de sus toros, el ganadero deja claro que la principal virtud de sus animales es “la humillación. También la clase cuando sale bueno. Siempre digo que en lo bueno, el mejor toro es el de Saltillo, pero también reconociendo que cuando no sale bueno es un toro que hace sudar al que está enfrente”. En Madrid todavía se habla de las novilladas lidiadas por Moreno de Silva años atrás. El criador de bravo es consciente de ello y por eso reconoce que “Las Ventas es clave, estoy deseando volver. Este año andaba justos de toros necesarios para ir a Madrid, pero para 2014, y como yo quiero ir de menos a más, estaremos allí con una corrida de toros si todo va bien”. Otro mercado que siempre explota José Joaquín Moreno de Silva es Francia, un país al que tiene especial cariño porque “allí apuestan por encastes que aquí no protegemos”.Por último, y antes de abandonar La Vega, José Joaquín deja un último titular, la línea maestra del trabajo que tiene ahora por delante: “Yo quiero sacar lo mejor de este encaste, limar defectos y moldear el toro de Saltillo del siglo XXI”.