"Enseño a tejer, lo que antes hacian las abulas, ahora lo hago yo", dice Isabel que asegura que "esta aficción la comencé hace diez años pero la pude materializar hace cuatro".

Todo comenzó cuando el marido de Isabel vió que una mercería de su barrio se traspasaba, y con cierto temor al futuro "comencé, pensé que era el momento. El empujón fué de mi marido. Te da miedo, yo tenía un contrato fijo, con un ingreso todos los meses, era para lo que me había preparado pero no me llenaba y esta oportunidad me permite hacer lo que realmente me gusta".

"Al principio echaba de menos tener un sueldo fijo, pero no me arrepiento. Trabajar en algo que te gusta es muy satisfactorio y al final del día es una recompensa aunque echas muchas horas", dice orgullosa esta emprendedora.

knittingpoint es un taller de punto, lo que antes era esa antigua mercería "donde a diario enseño a mucha gente, muy joven, a tejer y a darles la oportunidad de poder hacer prendas que lucen ellos, sus parejas, hijos", explica orgullosa Isabel.

A este taller se unió una página web www.knittingpoint.es donde trabajan también los hermanos de Isabel y han comenzado a ser competitivos, "la página web va dirigida a los jóvenes que no tienen tiempo para desplazarse a nuestro taller".

¿Y qué es lo que más se lleva ahora?"La tendencia son los cuellos de punto muy gordo y de muchos colores".