Una instrucción lenta, caracterizada por el excesivo celo de la juez Alaya, la primera de los cinco jueces por cuyas manos ha pasado esta causa, ha beneficiado sin duda al PSOE.

Estos son algunos de los obstáculos que esta causa ha tenido que sortear:

La investigación de Alaya: Meticulosa, pero eterna

Desde que cogió las riendas del caso hasta que envió la causa al Supremo con los indicios incriminatorios contra nueve aforados pasaron más de tres años y medio. Alaya estuvo de baja seis meses y, además, rechazó los jueces de refuerzo que le ofreció el TSJA para las macrocausas que tenía entre manos: Mercasevilla, los ERE y el Betis. Su investigación fue meticulosa y, sobre todo, eterna.

Las trabas de la Junta: ataques personales y demoras

En su empeño por encontrar a los máximos responsables de la trama, la juez ha soportado presiones de todo tipo para cortocircuitarla. Tuvo que lidiar con dos intentos de recusación para apartarla de los casos Mercasevilla (el germen de los ERE) y Betis. Ha sufrido un escrache de sindicalistas a las puertas del juzgado, que obligó a ponerle escoltas.

Seis jueces, un caso. Viaje de ida y vuelta al Supremo

Si bien durante más de tres años el caso ERE siempre estuvo en las mimas manos, la investigación a aforados (tanto autonómicos como nacionales) y la decisión de la juez Alaya de marcharse a la Audiencia de Sevilla contribuyó a ralentizar aún más la instrucción. Dentro del juzgado, la causa ha pasado por las manos de Alaya, Iván Escalera (que la sustituyó durante su baja por enfermedad), María Núñez Bolaños y ahora el juez Álvaro Martín.

El duelo interno. El CGPJ toma partido

El aterrizaje de la juez Bolaños como titular del juzgado de Alaya no contribuyó a la estabilidad ni al avance de la causa de los ERE, paralizada durante meses porque el Poder Judicial se resistía a ratificar el plan de actuación que para ese juzgado había acordado la Sala de Gobierno del TSJA. Ese reparto pasaba por que la nueva juez titular se ocupara del juzgado junto con Álvaro Martín y Alaya, quien, a su vez, había pedido quedarse, mediante una comisión de servicios, para concluir la instrucción de esta macrocausa.

División de la causa polémica. Anticorrupción y partes recurren

Núñez accede a la petición de la Fiscalía, rechazada siempre por su antecesora, y divide la causa de los ERE con el objetivo de acelerar la investigación y ir cerrando piezas para su enjuiciamiento. Ha dado prioridad a la rama centrada en el procedimiento irregular de concesión de las ayudas que afecta a los ex altos cargos. Pero su modo de trocear la causa matriz ha desconcertado a las partes.

Dinero perdido y prescripción. El delito queda impune

Cinco años después, va camino de hacerse realidad. Empiezan a fallecer los imputados (dos, el pasado mes de enero) y la Junta continúa sin recuperar ni un céntimo del dinero defraudado.

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