No le hizo falta al equipo de Manuel Cadenas mostrar el recital de portería y anotación de los octavos de final de la Copa. Con mucho menos que en aquel partido, aunque con eficacia y consistencia sobre la pista, los leoneses se han llevado los dos puntos en juego. El comienzo del choque fue igualado. Mantenía el Quabit el intercambio de golpes, con la aportación del reaparecido Fontenla y el lanzamiento exterior de Nenadic. Con el paso de los minutos, Ademar incrementaba su intensidad defensiva, y se cerraban todas las puertas para el ataque alcarreño. Transcurrido un cuarto de hora de juego, con 7-10 en el luminoso, Mateo Garralda decidió detener el reloj. Intentó dar oxígeno y otro aire al equipo con la salida a cancha de Parra, Tremps y de la Salud. Pero la renta leonesa tocó el máximo de la primera mitad: 5 goles. Errores evitables en la zaga local, propios de la falta de concentración, impidieron a los de Garralda limar diferencias (12-16 al descanso). En la reanudación, Ademar León puso tierra de por medio. Ni en superioridad anotaba el Quabit. Con 13-21 en el marcador, Garralda volvió a pedir tiempo muerto. Y Carlos Barbero reemplazó a un desangelado Jorge Gómez en la portería. La escuadra alcarreña tiró de casta y orgullo, y volvió a anotar. Pero León continuó a lo suyo, sin descomponerse un ápice. Sólo Nenadic parecía capaz de perforar la meta visitante, desde los nueve metros. El marcador reflejaba una cómoda renta para los visitantes, siempre en torno a los seis tantos. El partido desembocó en un intercambio de goles y errores que beneficiaba a León y, a la postre, nunca puso en riesgo su victoria.